El Gironès es una comarca situada a medio camino entre el mar y la montaña que acoge 27 municipios. Su capital, Girona, resulta un imprescindible cuando se viaja hasta estas tierras vecinas del Empurdà. Sus pueblos han sabido mantener la esencia y personalidad propias entre los que destacan el precioso Sant Martí Vell y el auténtico Madremanya. Descubriendo la comarca del Gironès, encontramos un gran y variado mosaico de posibilidades. Sin embargo, me centraré en dos de sus joyas: el pueblo de Madremanya y la ermita y restos arqueológicos de Sant Julià de Ramis. ¡Benvinguts al Gironès!
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La comarca del Gironès
La comarca se encuentra encajada entre el macizo de Les Gavarres que forma un arco entre el Gironès y el Baix Empurdà, regadas por el río Ter. Se tiene una bella panorámica de ambas comarcas desde el Santuario de los Ángeles (485 m) que acogió la boda de Salvador Dalí, vinculado a estas tierras, y su esposa Gala en 1958. A pesar de que Girona goza de una elevada afluencia de visitantes -superó los 2 millones en 2019-, más allá de su capital, el Gironès tiene mucho que ofrecer.
No te pierdas el precioso pueblo medieval de Sant Martí Vell, uno de los más bonitos de la provincia o la Vall de Llémena, uno de los lugares mejor conservados y a sólo un paso de Girona.
Descubre volcanes en el itinerario de Canet d’Adri al volcán del Puig d’Adri, con senderos que discurren entre robles y encinas. Un paseo delicioso no exigente y apto para la mayoría.
La historia y la cultura han dejado huella en el Gironès. El patrimonio de la época medieval es una realidad bien patente en la comarca. Un gran número de familias nobles y caballeros, residían en castillos bien defendidos, algunos datan de los siglos IX-X. A los pies de algunos de estos castillos, crecieron núcleos urbanos que dieron origen a muchos de los pueblos que hoy podemos visitar.
Mi base de operaciones será en Madremanya. Un pueblo de aire italiano, ubicado sobre una colina y presidido por la iglesia parroquial fortificada de Sant Esteve.
El pueblo de Madremanya y el Hotel La Plaça
El origen de Madremanya hay que buscarlo en los inicios de la Edad Media. El primer dato conocido es del 834, cuando el obispo de Girona, obtuvo de Luis el Piadoso la posesión de una finca llamada Miliasam (el actual Millàs). El núcleo antiguo de Madremanya, presidido por la gran iglesia parroquial fortificada de San Esteban, conserva la estructura urbana de orígenes medievales y una gran parte de las casas nos muestran su antigüedad a través de elementos arquitectónicos y decorativos de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Las calles, estrechas y tortuosas, se esconden bajo los porches o se abren a pequeñas plazoletas. Podemos admirar portales con dinteles inscritos de los siglos XVII y XVIII, ventanales con elementos góticos o renacentistas o casas de piedra que respiran historia por los cuatro costados. Es una delicia pasear por las calles tranquilas acompañada de algún gato despistado que se cruza en mi camino.
Parece que el nombre de Madremanya proviene del latín Mater Magna, literalmente «Gran Madre», tal y como era conocida la diosa romana Cibeles de la que se especula podría haber habido un templo en la misma colina en donde hoy se alza el pueblo.
El alojamiento seleccionado es uno de los más atractivos de la comarca, el Hotel Restaurante La Plaça. Un pequeño hotel con encanto de once habitaciones en una masia antigua del s. XIV-XV. Situada en medio del pueblo medieval y rodeada de campos y jardines, con un huerto propio. El establecimiento ha preservado las viejas piedras y mosaicos y están hábilmente combinados con detalles modernos.
A medida que vas conociendo los rincones del hotel, descubres un encanto que te seduce y envuelve hasta llegar a la habitación denominada «Els Tarongers» que significa «Los Naranjos». Una amplia y diáfana estancia que invita al descanso y a la relajación y ¡con unas vistas espectaculares!. Un buen lugar para deleitarse delante de la chimenea recobrando energía para seguir viaje por el Gironés.
La terraza de la habitación es una magnífica ventana a Les Gavarres. Aquí se respira un aire puro mientras la niebla va invadiendo las montañas o cuando se enrojecen al atardecer. Es un auténtico placer despertarse y contemplar este espectáculo.
En el capítulo gastronómico y descubriendo la comarca del Gironés, el Restaurante La Plaça no defrauda. Cocina catalana, mediterránea y de mercado utilizando productos de proximidad. Abasteciéndose con productores locales y de su propio huerto. Como indica en su web, «una cocina afinada y sutil». Un placer para los sentidos sentarse a la mesa del Restaurante La Plaça.
Iglesia románica de Sants Metges
Seguimos descubriendo la comarca del Gironès y en una visita guiada a Sant Julià de Ramis, conocemos la preciosa iglesia románica iniciada en el s. XI. Una joya a sólo 5 km de Girona una ciudad única. Está dedicada a los mártires San Cosme y San Damián. La iglesia está construida alrededor de un templo romano (siglo II aC) del que se han localizado restos y bloques de piedra que posteriormente fueron aprovechados para la construcción de la Iglesia.
Nuestra guía, María de la Associació de Guies de Girona y Pere, el regidor de cultura del ayuntamiento de Sant Julià de Ramis, nos ilustran amablemente sobre el lugar y nos abren (para el grupo) la maravillosa iglesia para conocer su interior. Todo un privilegio poder disfrutar de ello.
La iglesia consta de tres naves muy estrechas y alargadas y tres ábsides. La nave central es la más alta y está cubierta por una vuelta de cañón. En el interior se conserva un sepulcro llamado «de Carlomagno». Se trata de una caja rectangular y tapa doble sin ninguna decoración. María nos explica los detalles históricos de este lugar y comenta que aquí se ofician bodas y bautizos. Sin duda, un lugar ideal para una celebración de estas características en un entorno inigualable y muy cerca de Girona.
Su campanario al que se puede acceder para disfrutar de una fantástica panorámica, es de planta rectangular acabada en punta. La campaña de excavaciones en el entorno de Sants Metges ha localizado antiguas estructuras -restos de muros- de época visigótica e, incluso, romana. Sin embargo, los arqueólogos han profundizado en el estudio del cementerio medieval que había en el lugar.
Recientemente, los arqueólogos han desenterrado 47 esqueletos medievales y parte de la estructura de la iglesia prerrománica de Sant Julià de Ramis
La mayoría de los esqueletos desenterrados corresponden a los siglos XII y XIV. La antropóloga y codirectora de la excavación, ha declarado que su estudio aportará información sobre la vida de la comunidad durante la Edad Media. Entre los objetos que se han descubierto destacan tres conchas de peregrinación del siglo XII y una olla de un ajuar funerario.
La campaña de excavaciones en la montaña de Sant Julià de Ramis, focalizada en el entorno de la iglesia de los Sants Metges, continúa profundizando en el estudio del cementerio medieval. Desde 2011, los arqueólogos de la Universidad de Girona (UdG) están haciendo excavaciones periódicas.
Poblado ibérico de Kerunta
En nuestro viaje descubriendo la comarca del Gironès y a pocos metros de la iglesia románica de Sants Metges, nos sorprende la existencia de un poblado íbero. Subiendo hacia la cima de la montaña y siguiendo a nuestra guía María, iniciamos la visita del poblado que fue construido hace nada más y nada menos que ¡2.550 años!. En el momento de máxima extensión, llegó a ocupar hasta tres hectáreas de terreno.
Unos 350 años después de su construcción quedó sometido al Imperio Romano y hacia los años 70-80 a.C. fue abandonado y sus habitantes fundaron la ciudad romana de Gerunda (Girona).
El poblado ibérico de Kerunta, nombre del que quizás derive Gerunda, el nombre de la antigua Girona romana, estuvo habitado desde el siglo V a.C. hasta el 125 a.C. , cuando los romanos lo ocuparon para dominar militarmente la zona. Construyeron una fortificación necesaria dentro del proceso de romanización del territorio, el Castellum. La puerta de entrada actual, ya de época romana, estaba flanqueada por dos torres. En el interior las estancias se adosan a la muralla, así como el Castellum de los siglos IV-V d.C. Cuando Gerunda es tomada por los musulmanes en el 715-717 d.C. el lugar queda abandonado.
Durante el recorrido te acompañan los paneles explicativos con textos muy gráficos que cuentan una breve historia del siglo VII d.C. en el Castellum. Si duda, los detalles que nos explica María son de gran ayuda para ponernos en contexto de este lugar con tanta historia. Una vez en el punto más alto, las vistas son una maravilla. Muy recomendable.
Estos han sido algunos de los lugares descubriendo la comarca del Gironès, pero hay muchos más igualmente atractivos y seductores. ¡El Gironès t’espera!.
Enlaces de interés
https://www.turismegirones.cat/es/
http://www.hotelmadremanya.com/
https://www.girona.cat/turisme/esp/index.php
NOTA: Este viaje ha sido posible gracias a la invitación de Turisme del Gironès (@turismegirones) en colaboración con la asociación Barcelona Travel Bloggers (www.bcntb.com) y a la hospitalidad del Hotel La Plaça de Madremanya (@hotelplacamadremanya). Muchas gracias, ha sido una experiencia inolvidable. |