Lo que realmente enriquece un viaje es la gente que te encuentras por el camino. No necesariamente se requiere una gran charla. A veces, sin palabras, la comunicación es fluida y profunda. Rodar por el mundo. Observar a las personas. Interaccionar con ellas. Una sonrisa puede transmitir mucho más que mil palabras. Conocer las diferentes costumbres, culturas y códigos. Las personas del mundo son una fuente de enriquecimiento constante. El mundo: momentos mágicos que dejan huella.
Esta es una recopilación de 10 momentos viajeros protagonizados por personas anónimas. Experiencias vividas aquí y allá. Sin más pretensión que la de recordar y revivir situaciones que resultaron especiales para mí.
Contenido
Kioto, Japón. Districto de Gion
Había llovido de lo lindo. Un tormentón impresionante inundó las calles de Kioto. El día estaba desapacible, pero no queríamos irnos de la ciudad sin visitar el tradicional distrito de Gion, el de las geishas. Dicen que si deambulas por aquí hacia el anochecer, puedes verlas antes de que entren a una de las casas de té. No logramos ver a ninguna, pero sí a dos novios que estaban haciendo su reportaje fotográfico nupcial. La novia posaba orgullosa con su traje tradicional de impresionantes bordados.
«Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores» (Benjamin Disraeli)
Lucía dos grandes flores como tocado en su pelo y sostenía una sombrilla japonesa haciendo juego con los colores de su atuendo. Nadie más observaba la escena. Después de la tormenta, Gion estaba vacío. Los novios sólo hablaban japonés. Les felicité con un internacional «Congratulations» y su respuesta fue una enorme sonrisa acompañada de un enorme «Thank you». Estaban felices, enamorados y orgullosos de que unos occidentales los estuvieran contemplando y fotografiando. Japón es uno de mis países preferidos de el mundo, he podido viajar al país nipón en dos ocasiones y espero volver. Uno de mis artículos más visitados en el blog es ¿Cómo son los japoneses?
Mujeres en el Valle de Pokhara, Nepal
Corrían los años 90. Nepal era uno de los destinos asiáticos más habituales. En aquella época no se hablaba de Myanmar, Laos, Camboya o las últimas islas tailandesas de moda, entre las que destacaban por exotismo las Islas Phi Phi . El Valle de Pokhara era el punto final del viaje después de dos semanas en la India y dos más en Nepal. Me encantaba el país. Por aquel entonces te encontrabas pocos turistas y estaban por llegar los devastadores seísmos de los últimos años. Alquilamos una motocicleta para recorrer el Valle de Pokhara.
Un entorno absolutamente rural. Cruzábamos aldeas y campos de cultivo por caminos tortuosos. Tengo unos recuerdos encantadores de aquellas tierras y gentes
Como en casi todo el mundo, las mujeres son las que trabajan en el campo. Allí estaban escondidas entre el intenso verde de los cultivos de arroz. Emergían sus cabezas cubiertas por pañuelos para protegerse del sol. ¿Por qué será que allí donde vas son las mujeres las que siempre trabajan?
Plaza de Jemaa el Fna, Marrakech.
Pocos lugares en el mundo, conjugan tantos elementos variopintos. La Plaza de Jamaa el Fna en Marrakech es un hervidero de actividad por el día y la noche. Cada rincón es un espectáculo en sí mismo. He estado varias veces disfrutando de este lugar a cualquier hora y es uno de mis preferidos en el mapa viajero. Da igual las veces que vayas, siempre encuentras personajes distintos, actividades diversas y mucho color. Cierto es que, con los años, ha ido perdiendo parte de su auténtica esencia por la cantidad de turismo que acude a la zona, pero sigue siendo un espectáculo.
Por el día podemos encontrar astrólogos, dentistas, cuenta cuentos, acróbatas y encantadores de serpientes, una tradición de siempre pero hoy muy cuestionados
Al caer la tarde, desaparecen los tenderetes de la mañana y los puestos de comida inundan la plaza. Una de mis actividades preferidas es observar la puesta de sol desde una de las múltiples terrazas elevadas, en cualquiera de los restaurantes que rodean la plaza: saborear un té a la menta mientras el sol se pone tras la torre de la Koutoubia y aparecen las lucecitas en la plaza, es un momento mágico. Y entonces empiezas a entablar conversación con Mohamed…
Niña en Singapur
Esta ciudad-estado sigue trabajando para convertirse en una de las primeras urbes del mundo. Multirracial y mestizaje con atractivos adicionales puesto que puedes sentirte en India (Little India) o en China (Chinatown). Visitar el diseño y tecnologías más impresionantes (Gardens by the Bay) o la piscina infinita más alta del mundo (Marina Bay).
De nuevo, sus gentes son uno de los mayores atractivos. Gente educada y amable, siempre dispuestos a ayudarte. Paseábamos por el subterráneo de uno de los centros comerciales de Orchard Road para comer un tentempié y nos sentamos en uno de los puestos. En la misma mesa estaban una mamá y su niña
La señora entabló rápidamente conversación con nosotros. Nos explicó, en perfecto inglés, que había vivido una temporada en Europa y conocía Barcelona, nuestra ciudad. La niña, que no debía tener más de cuatro añitos, permanecía impertérrita y sin pestañear mirando fijamente el móvil. Le pedí a la madre hacer una foto a su hija y asintió encantada. Cuando nos despedimos, la niña seguía a lo suyo. Ni nos miró, ni se enteró. Quise guardar una carita asiática dulce, bonita y concentrada. Reflexión: ¿A dónde nos llevará esta exposición tan temprana e intensa a la tecnología?
Agra, India «Overbooking en el tuc-tuc»
Los tuc tuc se encuentran por toda la India. Es el vehículo a motor más común y utilizado, no sólo en este país sino en muchas ciudades asiáticas. Paseábamos por Agra, ciudad precisamente no famosa por los tuc tuc, sino por albergar una de las joyas arquitectónicas más bella y famosa del mundo: el Taj Mahal. Esta es la otra cara de Agra, una ciudad sucia, contaminada y destartalada situada a orillas del Río Yamuna. Un tuc tuc paró enfrente de donde estábamos situados. Llegué a contabilizar más de 14 niños en su interior, algunos haciendo auténticos malabarismos para no caer. Ya no cabía ni una aguja, cuando se acercó otro niño para subir, instantánea que pude captar. De cómo la necesidad obliga al aprovechamiento extremo… El mundo: momentos mágicos que dejan huella.
Lago Atitlán, Guatemala.
Guatemala tiene muchos lugares interesantes y uno de ellos es el Lago Atitlán, una hermosura situada a más de 1500 metros sobre el nivel del mar entre volcanes y cerros, en mi opinión, uno de los más bellos. Rodeado por «santos» y «santas», puesto que los pueblos que habitan los alrededores del lago llevan este prefijo en su nombre. Estamos en tierra mayas.
La barca que contratamos para navegar por el lago amarró en la orilla y visitamos San Juan La Laguna, un pueblo tranquilo y con poca presencia turística. Su producción textil a cargo de las mujeres tejedoras es tradicional en esta localidad
Estuvimos observando un buen rato el quehacer de Itzel, una chica indígena de edad indeterminada, que tímidamente tejía con la técnica tradicional ancestral un largo tejido de múltiples colores. Entre sonrisa y sonrisa proseguía con su, a nuestros ojos, compleja actividad. El conocimiento de la producción artesanal de tejidos pasa de generación en generación. Los textiles gualtemantecos son preciosos y sus tejedoras como Itzel, unas verdaderas artistas. El mercado de Chichicastenango es un buen lugar para comprar bonitos y colorísticos tejidos.
Sonrisas en Varanasi, India
El trabajo infantil no debería ser cosa de niños. Más de 150 millones de menores -impresiona la cifra- entre 5 y 17 años, se ven forzados a trabajar en este mundo injusto y desigual. Caminábamos por las afueras de Varanasi, Benarés y nos encontramos con estos niños trabajando en el campo. No pusieron ninguna objección a fotografiarles, hicieron una parada, se sentaron aguantando con sus manos las herramientas de trabajo y posaron sonriendo de forma espontánea. La madre no sonreía, se giró y no quiso enseñar su cara, ¿por vergüenza?, ¿por timidez?, ¿por impotencia?. No pidieron nada. Parecían contentos de haber posado para una foto de una occidental. Pero ésta volvió al confort de occidente y ellos siguieron allí, con su rudimentaria hoz en la mano cortando hierba… con una sonrisa. Algo se me removió por dentro. El mundo momentos mágicos que dejan huella
Tana Toraja, Sulawesi. Indonesia
Durante años llamadas las Isla Célebes, hoy Sulawesi. El nombre de su capital también ha cambiado, hasta 1999 fue Ujung Pandang y ahora Makassar. Pocos cambios más. Hace 25 años que visité las tierras de los Tana Toraja. Una cultura única, una interpretación sorprendente de la muerte y un lugar recóndito.
Sus casas con formas de barcos invertidos y múltiples cuernos de búfalo colgados en su entrada nos dan la bienvenida
Para llegar hasta allí, utilizamos un destartalado autobús de línea que después de más de diez horas (y un viaje para olvidar) llegó hasta Rantepao, la capital de los Toraja. Tuvimos la suerte de poder asistir a un funeral toraja. Cuanta mejor posición social tiene la familia del fallecido -que lleva años muerto- mayor número de búfalos y cerdos sacrificados. Todos son invitados y bienvenidos a la fiesta. Mientras, cerca del funeral, otros presenciaban una lucha entre búfalos: otro espectáculo. Una de las experiencias más extraña y especial viajando por el mundo.
La Habana, Cuba. «Son cubano»
Cuba sigue atrapada en el tiempo. A pesar de que el país se ha ido derrumbando a su alrededor, los cubanos siguen inasequibles al desaliento. Son valientes, alegres y auténticos supervivientes. En este lugar del mundo las personas son el activo más importante. La música impregna todas las paredes, de las casas, de las calles, todo es música en Cuba. Paseando por La Habana encuentras un músico callejero en cada esquina. Y éste era el solista del grupo «Los Mambises». Me quedé embobada escuchándolos durante un buen rato. Ya hace años que murió el Comandante. La música sigue en Cuba y mi admiración por los cubanos, también. El mundo momentos mágicos que dejan huella.
Poblado malenke de Badian, Senegal
A finales del 2022 viajé a Senegal con Alvaro Planchuelo, fundador de la ONG Campamentos Solidarios que realiza labores de cooperación para el desarrollo en diferentes regiones de Senegal. Fue un reencuentro con África occidental en donde había viajado a Malí y Burkina Faso en los 90 y casi me ahogo en el río Níger. Esta vez resultó ser un viaje solidario muy revelador y una experiencia única. ¿Hay algo más gratificante en un viaje, que llegar a un remoto poblado africano y que te vengan a recibir unas sonrientes niñas y se echen a tus brazos sin esperar nada a cambio?. La felicidad del que tiene poco y lo da todo.
Día de Muertos en Oaxaca, México
Hacía tiempo que tenía un sueño viajero: vivir el «Día de Muertos» en México y se cumplió en 2022. Aterricé en Oaxaca de Juárez, capital de uno de los estados mexicanos en donde mejor se puede experimentar esta tradicional fiesta llena de misticismo y color. Las anaranjadas flores de cempasúchil lo inundan todo junto al papel picado en tono naranja, altares con platillos y bebidas que son el deleite de las almas de los fieles difuntos que cada año visitan casas, panteones y calles. Alma, una artista de Oaxaca, me pintó la cara con esmero y habilidad, convirtiéndome en «Bea catrina» por un día.
Uzbekistán, Ruta de la seda.
Era la primera incursión en una región desconocida para mí, Asia central. Todos esos países que conocemos poco y ubicamos peor, acabados en «tán»: Kazajastán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Todos lograron su independencia como resultado de la disolución de la Unión Soviética en 1991 y por tanto son países jóvenes en cuanto a su soberania. No así su historia que se remonta a tiempos pretéritos. Quise empezar por Uzbekistán, quizás el más conocido de la mítica Ruta de la Seda. La decisión fue un acierto. Me encantó este país cuya ubicación estratégica lo convirtió en un paso obligado para las caravanas de comerciantes que transitaban entre Europa y Asia a lo largo de la llamada de Ruta de la Seda durante el dominio mongol.
La hospitalidad es una de las cualidades de Uzbekistán. Estábamos comiendo en un restaurante de Taskent, la capital del país. Cuando volvía del baño encontré una música atronadora que provenía de la sala contigua. Me asomé y encontré una fiesta uzbeka. Al verme, rápidamente vinieron a buscarme dos mujeres que, sin conocerme de nada me invitaron al jolgorio. Gulnora y Yulduz, me explicaron el cometido de la celebración y me presentaron a sus familiares. Quisieron hacerse una foto conmigo. A pesar de su insistencia, tuve que declinar la invitación después de unos minutos con ellas. Sin duda me hubiera quedado, pero mis acompañantes me estaban esperando para irnos del local. Fue un inolvidable viaje a Uzbekistan que relato en este artículo
Una guía especial en Lisboa, Portugal
Instagram pone en tu camino gente bonita como Teresa (@historiaslisbonitas). Si visitas Lisboa, no dudes en elegirla como guía, una de las mejores que he tenido en muchos años viajeros. Teresa es una historiadora extremeña que, como ella misma relata en su blog historiaslisbonitas buscando su misión en la vida se topó con el mundo del turismo. «La historiadora se convirtió en cuentacuentos e hizo de su mayor pasión su trabajo». Y no hay duda de ello: su pasión y gran conocimiento en lo que explica le dan un valor añadido difícil de igualar. Hace 8 años, el destino puso en su camino a Portugal y se ha convertido en una experta del país luso.
Dice que en sus tours «pretende llenar nuestra maleta de viajes con relatos, leyendas mágicas, consejos, rutas turísticas y curiosidades increíbles». A mí me enamoró ella y sus explicaciones. Esta reseña va por todos aquellos guías como Teresa, que no sólo hacen su trabajo profesionalmente sino que dejan huella. Con ganas de volver a Portugal para volver a disfrutar con Teresa.
Vilafranca del Penedès, Barcelona.
Coraje, disciplina, trabajo en equipo, esfuerzo, solidaridad, humildad: «Todos importantes, ninguno imprescindible», es uno de sus lemas. Los castellers conjugan valores ya en desuso. En los castells, esas torres humanas de varios pisos de altura que se construyen hace más de dos siglos en Cataluña, hay mucho de técnica y también mucho de corazón. Me emociona ver levantar un «castell» y siento un nudo en la garganta cuando el «enxeneta» -el niño casteller que corona un castell- consigue alcanzar la cima jaleado por los aplausos y vivas de los espectadores. Esas manos entrelazadas sujetando los pilares del castell manifiestan lo mejor de la esencia humana y la solidaridad. El mundo, momentos mágicos que dejan huella.
Desde la pandemia, vivo en la comarca del Alt Penedès, tierra del cava y los castellers. A veces me escapo a la sede de la colla de castellers de Vilafranca del Penedès, la más premiada de la historia, y me cuelo en sus entrenamientos. Son toda una lección. Pasión, superación y esfuerzo para conseguir el castell más alto. Aquí no hay diferencias ni de nivel social, económico o cultural. Todos van a una, todos son importantes y todos se necesitan. Admiro a los castellers. A veces no hace falta ir muy lejos para descubrir el mundo, momentos mágicos que dejan huella.
Si te ha gustado leer estas experiencias viajeras, no dudes en compartir las tuyas en los comentarios para compartirlas con otros viajeros.
Este artículo está actualizado en Mayo del 2023
4 comentarios en “El mundo momentos mágicos que dejan huella”
Nuria Guix
(01/12/2020 - 16:14)Precioso post!!! Perlas de Imagen y palabra fusionadas para poder viajar contigo 👏🏼👏🏼👏🏼
Bea
(05/12/2020 - 10:57)¡Qué bonitas palabras, Nuria!. A lo máximo que aspira una contadora de historias viajeras es a que viajéis conmigo a través de mis palabras.Te lo agradezco. ¡Muchas gracias!
Elisenda
(01/12/2020 - 16:40)Simplemente espectacular! Yo he vivido momentos inolvidables en casa uno de los viajes!
Es maravilloso!
Bea
(05/12/2020 - 10:58)Muchas gracias Elisenda!. Compartir la pasión por viajar es un gran vínculo.