Y, dame la mano. Y vamos a darle la vuelta al mundo. Darle la vuelta al mundo. Darle la vuelta al mundo…», como dice la inspiradora canción de Calle 13. La sensación de cruzar el globo desde un extremo al otro, persiguiendo husos horarios y disfrutando de la palabra «viajar» en mayúsculas. ¡Una experiencia única!. Los astros, los planetas y cualquier cuerpo estelar se alinean y puedo cumplir uno de mis sueños: realizar una vuelta al mundo.
Serán 38 días, 44.450 kilómetros, 14 vuelos, 3 continentes y kilos de ilusión y emoción. La vuelta al mundo: un sueño cumplido. han cumplido 10 años de este sueño. Fue en 2011 y empezó hacia el oeste cruzando el Atlántico. Desde Florida hasta los increíbles Parques Nacionales de Utah y Arizona; atravesando el Pacífico y llegando a Nueva Zelanda para finalizar en el Sudeste Asiático. Todo es espléndido y la experiencia inolvidable. Corta pero intensa.
El Oeste americano cargado de maravillas de la naturaleza. La imponente Na Pali Coast en Kauai. El divertido ambiente surfero en la famosa Waikiki Beach de Honolulu. La actividad geotérmica de Rotorua en la isla norte de Nueva Zelanda. Los templos y la intensidad de Bangkok. La caótica Hanoi y la bellísima Bahía de Ha Long, en Vietnam. Espléndido, magnífico. Grandioso, admirable. Así es el planeta.
¡Allá vamos vuelta al mundo!
Contenido
MIAMI, Florida. EEUU
Como consecuencia de la ruta elegida, iniciamos la vuelta al mundo hacia el oeste y empezamos por EEUU. A pesar de que tuvimos un tiempo malísimo durante los días que estuvimos en Florida –incluso el mal tiempo nos negó el acceso a los Everglades por culpa de una lluvia torrencial-, nos gustó conocer este rincón de EEUU con tantas connotaciones latinas y tan poco americano.
Antes de darnos cuenta, llegamos un 4 de julio, Día de la Independencia y fiesta nacional de los EEUU. Miami era una gran celebración. El tráfico estaba parado en medio de unos de los principales puentes y al salir vimos fuegos artificiales, banderas, globos y toda la gente en la calle festejándolo. Una inmejorable forma de iniciar una vuelta al mundo.
GRAND CANYON NATIONAL PARK, Arizona. EEUU
Primero, una breve parada en Phoenix para visitar a mi amiga Anna de mi época universitaria y a la que hacía mucho tiempo que no veía. Fue una alegría reencontrarme con ella. Vive en EEUU desde hace más de 25 años y tenía muchas ganas de abrazarla. Después de esta emocionante visita, contratamos un coche de alquiler para recorrer los Parques Nacionales de Arizona y Utah y partimos rumbo hacia el norte en dirección a Flagstaff.
Como resultado del diseño de la ruta, empezamos a lo grande por el Gran Cañón del Colorado. Tres palabras para definir esta maravilla: superlativa, inmensa y espectacular. Te hace sentir muy pequeña… Madrugar, acercarte a ÉL y observarlo, fue uno de los momentos mágicos de la vuelta al mundo: un sueño cumplido. Poder sobrevolar en helicóptero el Gran Cañón, ha sido una de mis grandes experiencias viajeras.
MONUMENT VALLEY, Arizona-Utah. EEUU
De igual forma que el Gran Cañón nos dejó absolutamente impresionados, cuando entramos en tierra de los navajos seguimos estupefactos. Podíamos oler y tocar el auténtico Oeste Americano. Llegamos a Monument Valley en un día de sol, nubes y arco iris.
En realidad, el cielo lucía unos matices de colores impresionantes. La elección del Hotel The View fue un gran acierto. Es un lugar completamente integrado en el paisaje para pasar horas y horas observando estas tierras desde su terraza. Te imaginas a John Wayne cabalgando entre los montículos, seguido por una típica diligencia de las películas del Oeste Americano. El Monument Valley Navajo Tribal Park es un imprescindible en un roadtrip por los Parques Nacionales del Colorado.
UPPER ANTELOPE CANYON, Arizona. EEUU
Ciertamente nuestro recorrido por la vuelta al mundo, un sueño cumplido está resultando ser una maravilla. Seguimos ruta y nos dirigimos hacia Page y de nuevo en territorio Navajo. Me alegró mucho no haber generado expectativas de un lugar tan mágico como resultó ser el Antelope Canyon.
Probablemente ningún indicador previo, en sus alrededores, te anticipa esta maravilla de la naturaleza. Una anodina carretera de varios kilómetros sin asfaltar que obligatoriamente debes atravesar en un 4×4 conducido por un guía navajo, te acerca a una grieta en la roca. Cruzarla es entrar en otro mundo. Imprescindible un trípode (que no llevaba) para captar unas buenas imágenes interiores. Volveremos a este lugar único.
Después de esta vuelta por tierras navajas, nos sentamos a descansar y justo en el exterior y colgados en el balcón del establecimiento habían varios bebederos. En poco tiempo se aproximaron unos colibríes. Allí estaban, zumbando con sus alas. Nos quedamos embobados mirándolos durante un buen rato, hasta que decidí sacar la cámara y fotografiar a uno de ellos.
BRYCE CANYON NATIONAL PARK, Utah. EEUU
Siguiendo por los Parques Nacionales, llegamos a Utah, tierra de mormones, en donde encontramos uno de los mejores de este estado: Bryce Canyon. Los pináculos -ellos los llaman Hoodoos- te rodean por todas partes. Solamente pudimos pernoctar dos noches y ya constatamos que la extensión y opciones de este parque requieren más tiempo.
Dicen que la vista del Bryce NP nevado es espectacular, así que en la próxima ocasión podemos cambiar de estación. Finalizado el road-trip por el Oeste Americano, nos dirigimos a Las Vegas, un cambio de registro muy interesante. Bryce se puede observar desde lo alto, recorriendo sus principales miradores, o desde abajo, caminando por los senderos que serpentean entre los hoodoos.
No obstante, el Navajo Loop Trail es uno de los senderos más famoso. Mientras vas descendiendo, te adentras entre pináculos naranjas coronados por un magnífico cielo azul que tuvimos la suerte de disfrutar. Parece que estés en una cueva al aire libre. Practicar senderismo en Bryce NP es una de las mejores experiencias que te ofrecen los Parques Nacionales de Utah y Arizona.
LAS VEGAS, Nevada. EEUU, otra etapa de la vuelta al mundo
En realidad, era nuestro primer encuentro con esta mítica ciudad construida en medio del desierto. Un parque de atracciones cada vez más elegante y atractivo. En poco tiempo puedes pasear en góndola por canales venecianos, cenar en un bistro frente a la torre Eiffel o visitar las pirámides egipcias, terminando con uno de los variados y buenísimos espectáculos y conciertos.
Nosotros tuvimos la oportunidad de deleitarnos con Celine Dion y su “No me quite pas” memorable, cantado a capela
El soberbio espectáculo sobre agua “O” del Cirque du Soleil en el hotel Bellagio, fue el broche de oro. Las Vegas es un remate muy atractivo después de visitar naturaleza y paisajes increíbles por Utah y Arizona. Un acierto incluirla en la vuelta al mundo: un sueño cumplido.
KAUAI, Hawái Islands, EEUU
Con todo esto, llegamos al segundo océano de esta vuelta al mundo, el Pacífico. Dejamos el continente americano pero seguimos en EEUU. El archipiélago de Hawái esta formado por 9 islas, además de islotes, arrecifes y atolones. Se requieren varias semanas para visitar todas ellas y con el tiempo de que disponíamos tuvimos que elegir visitar una. Nos decantamos por Kauai.
Ciertamente, recorrer las carreteras de Hawai es un placer. La hierba se cuela hasta el asfalto y los cables eléctricos te acompañan entre poste y poste. La vegetación es exuberante y siempre divisas montañas en el horizonte. Giras una curva y aparece una espectacular playa. Paras, aparcas el coche y te bañas en el Pacífico. Sin más.
Claro está que este espectáculo es gracias a los cuatro bioclimas presentes en todas las islas: selva tropical, desierto, tundra y zona templada. Las islas Hawai se formaron por acción de los volcanes que surgían desde el fondo del mar. Algunos permanecen activos, destacando el volcán Kilauea, uno de los más activos del planeta. Esta biodiversidad te envuelve y hace de estas islas un lugar tremendamente atractivo. Nos encantó incluir Hawai en la vuelta al mundo: un sueño cumplido.
Sin embargo, las United Airlines nos dejaron “tirados” en Los Angeles y perdimos la conexión a Hawai. Teníamos reservado un vuelo en avioneta para sobrevolar la impresionante isla de Kauai y lo perdimos. Aún así, pudimos visitar en coche de alquiler lo más notable de esta isla, escenario de muchas películas, entre ellas Parque Jurásico. La Napali Coast, el Waimea Canyon y los helados Lamper’s sólo son algunos de los placeres de esta magnífica isla que nos sorprendió y encantó.
De hecho, me habían hablado del “Hawaian style” que inunda la cultura isleña. Podría parecer que consiste en dejarse llevar: una plancha de surf, camisa floreada, aspecto desenfadado, chanclas y a disfrutar de increíbles playas.
El estilo hawaiano trasciende la vestimenta. Es una forma de vida que te envuelve nada más aterrizar en estas islas
Los residentes en Hawai están considerados los menos estresados de EEUU y son los que tienen mejores hábitos saludables. El optimismo está en el espíritu de los hawaianos. Viven más y mejor. Claro que, el buen clima, el sol y unos maravillosos paisajes ayudan. Volveremos a Hawai, a visitar las otras islas. ¡ALOHA!
WAI-O-TAPU, ROTORUA, Isla Norte. Nueva Zelanda
En realidad, la idea inicial después de Hawái era visitar Japón. Un país al que le tenía muchas ganas y siempre me ha atraído. Sin embargo el terremoto y tsunami del 2011 que provocó el desastre de la central nuclear de Fukushima, nos obligó a aplazar la visita a Japón . Por suerte he podido visitar este país -uno de mis favoritos- en dos ocasiones, una de ellas en otoño disfrutando del maravilloso momiji. Tuvimos que cambiar la ruta y la alternativa fue Nueva Zelanda.
Claro está que ambas islas, Hawai y Nueva Zelanda, comparten océano: el Pacífico y las separan 7.000 kilómetros de distancia. Después de atravesar varios husos horarios, aterrizamos en Auckland la ciudad más grande de Nueva Zelanda situada en la Isla Norte.
Disponíamos de pocos días para nuestra estancia en este maravilloso país, así que tuvimos que elegir. Alquilamos un coche y nos dirigimos a Rotorua: tierra de géiseres, burbujas de lodo y lagos de colores, en pleno cinturón de fuego del Pacífico. Auténtica explosión de la naturaleza y una de las zonas de mayor actividad geotérmica del planeta. En Rotorua conocimos el parque Wai-O-Tapu, en donde la naturaleza exhibe su auténtica fuerza.
Pasear entre fumarolas, vapores calientes y olores fétidos, es una sensación que también experimenté en la región islandesa de Myvatn. Es una experiencia diferente y recomendable. En Wai-O-Tapu se permite pasear en una extensa zona de fenómenos geotermales, entre ellos el géiser Lady Knox. El recorrido lo realizas «a tu aire» siguiendo las señalizaciones, con varios miradores que permiten observar la magnitud de la zona. Aquí, en el hemisferio sur, era invierno pero tuvimos un día soleado y sin demasiados turistas. Nuestro paso por Nueva Zelanda fue breve pero sabroso. Queda pendiente recorrerla en camper a paso lento descubriendo cada rincón de la Isla Norte y Sur.
HONG KONG, China
Después de Nueva Zelanda y en esta última etapa de la vuelta al mundo: un sueño cumplido, seguimos volando hacia el Oeste y estrenamos continente, Asia. Hacía tiempo que quería conocer Hong Kong. Dicen que nunca defrauda. Hong Kong fue la primera parada en el continente asiático en nuestro periplo por el mundo. Y no me decepcionó. Una ciudad de contrastes: el lujo, la tecnología y el dinero, conviven con auténticas colmenas en donde la gente vive hacinada en pocos metros cuadrados. Una urbe en vertical rodeada de agua. Su skyline es uno de los mejores. Una ciudad para vivirla.
El Victoria Harbour es el puerto que se encuentra entre la península de Kowloon y la isla de Hong Kong. Hay mucho que ver y hacer en Hong Kong y una de las mejores experiencias es cruzar las aguas del puerto Victoria observando el devenir de barcos, barquitos y barcazas. Los habitantes de la ciudad lo consideran un elemento natural esencial. Las vistas panorámicas son espectaculares, de día y de noche. Los inconfundibles barcos verdes de Star Ferry llevan desde el año 1888 transportando pasajeros. National Geographic ha incluido la travesía en Star Ferry en su lista de los «50 lugares que hay que ver antes de morir».
La otra cara del Hong Kong moderno, con sus lujosos rascacielos y elegantes barrios es el districto de Kowloon cuya historia y evolución es sorprendente. Creada como puesto de vigilancia contra los piratas, a mediados del siglo XIX, Kowloon llegó a ser la ciudad más densa del mundo y nunca pasó a manos británicas. Se transformó en un submundo de delincuentes y mafiosos.
En los años 70, empezó a crecer de forma desproporcionada al no poder construir fuera del territorio original (0,025 km cuadrados) y la ciudad pasó a convertirse en un conglomerado con más de 50.000 habitantes. En 1987 se decidió demoler la ciudad y fue definitivamente destruida a principios de los años 90. Hoy, paseando por Kowloon piensas en la historia de lo que fue esta ciudad…
BANGKOK, Tailandia
Era mi segunda visita a Tailandia y habían pasado los suficientes años para comprobar que la masificación turística y sus consecuencias negativas hacen mella. Lejos quedaba aquel viaje a las paradisíacas islas Phi Phi de los años 90. Sin embargo, Bangkok, capital de Tailandia, no ha cambiado ni un ápice. Ese maravilloso desorden del sureste asiático y los característicos tus-tucs desplazándose de un lado a otro, con un ruido ensordecedor. Los hábiles conductores que van sorteando el caótico tráfico, son uno de los emblemas de esta ciudad. Es el medio de transporte más barato para los habitantes de Bangkok, pero el más caro para los turistas sino se regatea con habilidad. En cualquier caso, viajar en ellos es una experiencia, no sólo aquí sino en muchos otros países asiáticos.
Los templos de Bangkok son auténticos oasis entre el caos de la ciudad. Hay centenares de ellos y es recomendable tener claro cuales visitar. Cerca del Palacio Real, el complejo palaciego más notable de la ciudad, se encuentra uno de los budas más famosos: el Buda reclinado, recubierto de pan de oro y encajado al milímetro en el templo Wat Pho que lo acoge. Asia es budismo y aquí, la variante del budismo Theravada. Bangkok es una de las ciudades más visitadas del planeta y no podía faltar en la vuelta al mundo: un sueño cumplido.
HANOI Y LA BAHIA DE HA LONG, Vietnam
Siguiendo nuestra vuelta al mundo, desde Bangkok volamos a la auténtica y caótica Hanoi, capital de Vietnam. Crecí con la Guerra de Vietnam en los medios de comunicación, un conflicto largo y sangriento que guardaba en mi memoria asociado a devastación y muerte. Llegar a la Vietnam del siglo XXI, un país libre y en paz, después de más de 40 años de finalizada la guerra, era un escenario nuevo para mí.
Ciertamente, Vietnam es un país joven, sólo el 9% de la población supera los 60 años y es una de las principales rutas marítimas (3.500 kilómetros de costa) entre Medio Oriente y Australia o Indonesia. Vietnam está en la lista de los 10 países más poblados de Asia con más de 90 millones de habitantes. A partir de la década de los 90, se incorporó al mercado turístico mundial, siendo actualmente uno de los destinos más atractivos del Sudeste Asiático. La capital, invadida por las motocicletas, las vendedoras callejeras de fruta y un tráfico más que caótico, es el desorden total, pero Vietnam tiene mucho más que ofrecer…
En contraposición con la caótica Hanoi existe esta espectacular maravilla: la Bahía de Halong. Es uno de esos lugares que hay que conocer. Sus formaciones rocosas me recordaron a Phang nga en Tailandia o Viñales en Cuba. Lugares especiales y momentos únicos. La compañía seleccionada para el crucero de tres días fue acertada y la experiencia muy recomendable. Un tifón cruzó la zona antes de nuestra llegada y tuvimos unos días tranquilos, con sol y buen tiempo. Todo salió redondo. Uno de los mejores lugares en la vuelta al mundo: un sueño cumplido.
HIGHWAY 163, mile 13, Utah. EEUU. El icónico final de la vuelta al mundo: un sueño cumplido
Finalmente y a modo alegórico, en este punto paró Forrest Gump en su periplo por el mundo. De una forma simbólica, esta fotografía representa el final de nuestra primera vuelta al mundo. Porque sueño con una segunda. Y los sueños se cumplen.
¿Recuerdas que un día te dije que quería dar la vuelta al mundo?.
¡Pues, vámonos!, me contestó.
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