Como dicen los navarros, su naturaleza es privilegiada y está preservada. Su sensibilidad medioambiental repercute en una notable política de conservación del medio ambiente para el uso y disfrute de sus habitantes y visitantes. El cincuenta por ciento de su territorio, son espacios protegidos y uno de sus tesoros naturales es un bosque de hayas, abetos, tilos y abedules que por su frondosidad adopta el término de «selva». La Selva de Irati el segundo hayedo más grande de Europa
Existen lugares que merece la pena recorrerlos a pie, al menos alguna vez, algún rato, tomándote tu tiempo y disfrutando de todos los matices que aporta la naturaleza. Este es el caso de la Selva de Irati. Hay sitios recónditos e imponentes que bien valen el viaje y éste es uno de ellos. En otoño, este paraje se enciende con toda la paleta de colores. Un gozo para la vista y el espíritu.
Hablar del Pirineo navarro es una cuestión de matices y sutileza. De personalidades distintas que van desde la comarca del Bidasoa a las alturas imponentes de Belagua y Belabarce, pasando por bosques majestuosos como la Selva de Irati o Quinto Real llegando a los maravillosos valles de Baztán, Roncal o valle de Salazar.
Y es precisamente a través de éste último que accedo desde oriente a esta maravilla natural. Después de una breve parada en Ezcaroz, la ruta prosigue hasta Ochagavía u Otsagabia, uno de los pueblos más bonitos del Pirineo navarro. Sus calles, puentes de piedra, las típicas casas y la Iglesia San Juan Evangelista con el magnífico retablo renacentista, son algunos de sus atractivos.
En Ochagavía se encuentra el Centro de Interpretación . Contiene toda la información turística sobre la naturaleza, la vida en el Valle de Salazar y la conservación de los ecosistemas, centrándose en la Selva del Irati. A una distancia de poco más de 40 kilómetros y una hora en coche, se llega a la Selva de Irati, por lo que esta población es una buena alternativa para pernoctar.
Desde Ochagavía, una pequeña carretera que sigue el cauce del río Zatoia te adentra en la Sierra de Abodi, un cordón montañoso de 20 kilómetros de largo con una altitud media de 1.500 metros. Al final de este recorrido te espera una coqueta ermita: la Ermita de la Virgen de las Nieves ya en plena Selva de Irati. Este extenso hayedo-abetal, ofrece la posibilidad de contemplar algunas de las cumbres del Pirineo, como el pico de Ori, considerado como el primer «dosmil» del Pirineo.
Tomando la dirección a la entrada de la Selva de Irati, podemos hacer una parada en las ruinas de la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta. Una antigua explotación construida en el siglo XVIII, en la época de Carlos III que abasteció de munición y armas al ejército.
La riqueza maderera, la existencia de minas de hierro y agua favorecieron la instalación de este enclave, llegando a ser la más importante de España. Después de ciertos avatares, fue desmantelada en el siglo XIX. Ya sólo quedan muros de piedra bajo un manto verde de musgo como testimonio de lo que fue.
A nuestra llegada al bosque de Irati, podemos hacer una parada en el bar-restaurante de Casas de Irati, cercano al parking. Un lugar tranquilo, en medio de la naturaleza, para tomar un sencillo bocadillo o almorzar.
Las actividades en este maravilloso bosque son múltiples y todas atractivas
Desde una red de senderos bien señalizados y de diferentes dificultades y extensiones, hasta rutas en bici o en invierno con raquetas y esquís. Cada estación del año tiene su encanto particular, pero mi favorita es el otoño, cuando la variedad cromática alcanza su máximo esplendor.
La Selva de Irati el segundo hayedo más grande de Europa y es uno de los TOP 5 destinos otoñales europeos. Aprovechando que lo tenemos en nuestro país, vale la pena visitarlo aunque sea una vez, en esta estación del año.
Los senderos transcurren entre ríos y árboles de hoja caduca que, una vez desmantelada la clorofila, se convierten en un cuadro de colores. Los ocres de las hayas conviven con el amarillo de los abetos, tilos, abedules, olmos y avellanos para estallar con el rojo de los arces. Y en el sotobosque encontramos boj, enebro, helechos, líquenes, musgos y algún roble solitario.
Descubre esta fantasía colorida caminando por sus senderos escuchando el sonido de las hojas bajo tus pies o el murmullo del agua del río Irati que nace en este bosque. Como el sendero Itsuosin-Cascada del Cubo, un camino amplio y claro que nos adentra en el bosque y fácil de transitar hasta llegar a un poste que señala la bajada hacia la cascada. A partir de aquí ya depende de la destreza de cada uno para acercarse hasta la caída del agua.
La variedad cromática que regala un paisaje con especies de árboles tan diversas, alcanza su máximo esplendor en otoño cuando los marrones cálidos, amarillos intensos o atractivos rojos tiñen las copas de los árboles y te envuelven en un frenesí de colores. Es entonces cuando la Selva de Irati el segundo hayedo más grande de Europa, se convierte en esplendor otoñal.
El recorrido de vuelta se puede realizar por el Pirineo Francés. A medida que vas subiendo a las zonas altas de Irati, especialmente en la zona fronteriza, el paisaje se convierte en pastos verdes y encontramos el Cromlech de Organbidea, un monumento megalítico bien conservado cerca de la Cueva de Arpea. Aunque en algunos mapas no aparece esta carretera, doy fe de que existe. Esta pista, actualmente asfaltada, une Orbaizeta y San Jean de Pie de Port.
Unos cientos de metros más allá, a la izquierda de la carretera, está el más grande de los dos crómlech: con dos menhires más altos, uno enfrente del otro, con inscripciones y bajorrelieves. Mas allá pastan los caballos y es una imagen muy bucólica.
Ya en territorio francés y en dirección al inicio del Camino de Santiago Francés, llegamos a Saint Jean Pied de Port (San Juan Pie de Puerto), un precioso pueblo medieval al pie de las montañas de los Pirineos.
Un lugar encantador que bien merece una visita. Uno de los sitios emblemáticos es la Porte Saint Jacques o Puerta de Santiago, patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1998. Una de las puertas fortificadas de la ciudad medieval que constituye la entrada histórica de los peregrinos en ruta hacia Compostela. Puro Camino de Santiago, pero ese es un mundo aparte.
Enlaces de Interés
https://www.turismo.navarra.es/esp/home/default.htm
https://www.turismo.navarra.es/esp/organice-viaje/recurso/Patrimonio/3041/La-Selva-de-Irati.htm