El taxista paró delante de un edificio regio a la orilla de un bonito canal. Un rótulo en la pared, junto a la puerta, indicaba su nombre. Dicen que el mejor hostel del mundo. Un timbre que conectaba con la recepción daba acceso al edificio. Una amplia escalera invitaba a subir. A la izquierda y apoyada en la pared, había una bicicleta de paseo. Al llegar al...

