La capital de los Emiratos Arabes Unidos (EAU) sigue creciendo vertiginosamente, al igual que su vecina Dubái. Es uno de los principales productores de petróleo del mundo y cuenta con unos recursos económicos estratosféricos a ojos de Occidente. Abu Dhabi la capital de los Emiratos Árabes Unidos
Durante años ha vivido a la sombra de la deslumbrante Dubai.Desde hace ya un tiempo, Abu Dhabi ha sabido convertirse en un lugar atractivo para el turismo y reluce tanto como su famosa vecina. Se puede llegar por tierra, mar y aire. A las dos ciudades principales de los EAU sólo les separan 140 km y está proyectado un tren ultrarápido que recorra la distancia en tan solo 12 minutos. También se puede llegar en avión al flamante aeropuerto internacional de Abu Dhabi. Eje de la compañía aérea nacional, Etihad Airways y nudo de conexión con el resto del mundo. Y cómo no, podemos llegar a la capital de los EAU por mar, en uno de los cruceros que surcan el Golfo Pérsico.
Después de la lujosa, contradictoria y excesiva Dubai, en la que el viajero ha saturado todos sus sentidos, poco se espera (a priori) de su vecina Abu Dhabi. Pues todo lo contrario. Esta ciudad ofrece algunas joyas dignas de conocer. La primera, considerada por muchos la mezquita más bonita del mundo, a pesar de su corta edad: la Gran Mezquita Sheikh Zayed.
Su nombre corresponde a uno de los hombres más admirados en esta región, el que fuera presidente y padre fundador de los EAU. No pudo ver finalizada su obra, puesto que falleció tres años antes de ser concluida. Inaugurada en 2007, después de mas de diez años de construcción, ahora luce en todo su esplendor. No sólo su colosal tamaño (la tercera más grande del mundo) es impresionante. También su riqueza ornamental (en mi opinión más espectacular que el Taj Mahal), delicadeza y elegancia. Una auténtica joya.
Sorprende que la entrada es gratuita y la amabilidad con la que te trata el personal (la mayoría hombres vestidos con la kandora). Las elevadas temperaturas que se alcanzan durante el verano en los EAU, obligan a construir los accesos a cubierto. Para llegar a la mezquita, hay que bajar a un modernísimo edificio construido sólo a tal efecto. Allí se adquieren (gratis) los tickets de entrada y debes asegurarte de que ir vestido para la ocasión (brazos, piernas y cabeza cubiertos) y cruzar un largo pasillo subterráneo. Unas escaleras mecánicas te devuelven a la superficie, justo en frente de la mezquita, que reluce con un color blanco inmaculado. Hay que perderse, sin mirar el reloj, por los rincones de esta maravilla y disfrutar de cada detalle.
Los más de 600 millones de dólares invertidos en su construcción relucen por doquier: capiteles recubiertos de oro; piedras preciosas incrustadas en suelos, columnas, techos y paredes; espectaculares lamparas de Swarovski y magníficas alfombras en las salas de oración y todo ello entre sus cuatro minaretes, 82 bóvedas y más de mil columnas alrededor del enorme patio interior. Le dedicarías horas y horas…
¿ Y después de esta maravilla?. Pues hay más …
¿Puede existir un espectacular museo de arte en medio del desierto?. La respuesta es sí y se llama Louvre. La segunda joya de Abu Dhabi es este magnifico diseño del arquitecto francés Jean Nouvel, inaugurado en 2018 y ubicado en la Isla de Saadiyat, un gigantesco distrito cultural que pretende ser el mayor conjunto mundial de bienes culturales.
Está proyectado un Museo Guggenheim de Frank Gehry, un Museo Nacional de Norman Foster y un Centro de Artes Escénicas de Zaha Hadid, la flor y nata de la arquitectura mundial. Este es el único caso en que el Museo del Louvre asocia su nombre a otro museo, en un acuerdo de treinta años entre Abu Dhabi y el gobierno francés, cuestión que ha generado controversia. Las características de este complejo lo hacen único en el mundo.
La espectacular cúpula de acero, seña de identidad del museo, filtra los rayos a modo de palmera en el desierto, creando un efecto lumínico muy original. Por debajo de la cúpula se ubican edificios geométricos de baja altura, pasillos, plazas y canales . Pasear entre ellos es como hacerlo en un zoco. Realmente creativo y original, además de bellísimo. Otra joya de Abu Dhabi que merece mucho la pena por lo inédito de la construcción y el lugar. Después de la visita, un tentempié en la cafetería del museo con vistas al Golfo Pérsico y un lugar idóneo para disfrutar de una bonita puesta de sol.
Hay más que ver en Abu Dhabi la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Para los fans de Ferrari aquí se encuentra el santuario: el único parque temático de la marca en el mundo. Para los que les gusta caminar: la Corniche, el paseo marítimo de la ciudad. Los amantes del lujo: un almuerzo en el lujoso Hotel Emirates Palace y los que persiguen escenarios de película: la zona de las Torres Etihad.
Y volver al cabo de unos años, porque Abu Dhabi crece, se reinventa e inaugura nuevos y atractivos lugares.