“Ella avanza a paso ligero con su falda escocesa, por las verdes colinas. Busca un enorme ciervo malherido. Entra de nuevo en el Range Rover y lo conduce de vuelta a su castillo, atravesando enormes extensiones de tierras de su propiedad”. Esta es una de las escenas de la serie The Crown, basada en la vida de Isabel II y sus casi 70 años de longevo reinado. Estas son las tierras escocesas de la reina. Balmoral, Braemar y Ballater: los Highlands de la reina.
Balmoral es el refugio de Isabel II, monarca del Reino Unido. Aquí ha pasado todos los veranos de sus 94 años. Este maravilloso castillo escocés en las puertas de los Highlands (Tierras Altas), es el entorno ideal para caminatas, picnics, paseos a caballo y perros, muchos perros. Porque la reina siempre está rodeada de perros de raza corgi. Los caballos y los perros son las dos pasiones de la reina Isabel II y los Highlands es el lugar óptimo para que pueda disfrutar de ellos.
La “B” de Balmoral es la primera de las «B’s» escocesas vinculadas a la reina. El Castillo de Balmoral no pertenece al patrimonio nacional, es propiedad directa de la soberana, puesto que lo compró su abuelo el príncipe Alberto en 1852 para su esposa la Reina Victoria. Un regalo del generoso esposo a su mujer y que ha heredado de su padre, el rey Jorge VI.
La soberana británica, estableció a temprana edad, un fuerte vínculo emocional con este lugar que ha mantenido toda su vida
Dicen que éste es el verdadero hogar de la reina. Y no es de extrañar, las Tierras Altas de Escocia, son un paraíso. Desde finales de julio a principios de octubre, la reina y su marido, el Duque de Edimburgo, se retiran a esta enorme propiedad que ocupa 20.000 hectáreas de bosques, colinas y pastizales albergando animales como ciervos y ardillas. En la finca, además, hay una destilería de whisky de malta (Royal Lochnagar) y algunos cottages que se pueden alquilar.
Sin embargo, no hace falta formar parte de la familia real para visitarlo. Balmoral está abierto al público, siempre y cuando la reina no se encuentre en el castillo. Si tu viaje a los Highlands es en verano, como fue mi caso, olvídate de hacer la visita. Pero no importa, hay mucho que ver y disfrutar en estas tierras.
A una milla del Castillo de Balmoral, merece la pena visitar una antigua destilería fundada en 1823 que ya visitaba la Reina Victoria en 1948
¿Cómo no incluir una visita a una destilería de whisky de malta, viajando a Escocia?. Royal Lochnagar, organiza catas y visitas previa reserva. Aquí se produce uno de los whiskys escoceses más exclusivos.
A escasos 15 minutos de Balmoral, por una preciosa carretera, llegamos a la encantadora localidad de Braemar, la segunda «B» en esta ruta por los Highlands de la reina. Esta tradicional localidad escocesa acoge anualmente uno de los eventos más notables y elitistas del verano escocés. El denominado Braemar Gathering, un espectáculo digno de conocer que se celebra cada primer sábado de septiembre. Pruebas deportivas a cargo de fortachones escoceses que tiran larguísimos troncos o pesadas bolas. Desfiles, concursos de danzas y bandas de gaitas.
Desde que en 1848 la reina Victoria asistiera a los juegos de Braemar, el monarca británico reinante y la familia real, asisten cada año a este evento
El origen de estos torneos se remonta al sistema de clanes de Escocia. Los jefes de cada clan se identificaban por el color de sus tartanes y kilts. Tuve la ocasión de presenciar hace años uno de estos torneos que se organizan en el período veraniego y recomiendo asistir a uno de ellos, al menos una vez. Pruebas deportivas a cargo de fortachones escoceses que tiran larguísimos troncos o pesadas bolas. Desfiles, concursos de danzas y bandas de gaitas. Todo muy auténticamente escocés.
Reserva tiempo para visitar el centro de Braemar, atractivo, turístico y tradicional descubriendo las vinculaciones con la realeza, que se remontan casi 1000 años. Para darle más brillo y esplendor a esta localidad, en 2019 se reabrió e inauguró un lujoso y ecléctico hotel «The Five Arms» (Los cinco brazos). Combina la tradicional decoración escocesa con la contemporánea y hasta hay un Picasso colgado en sus paredes. Todo digno de los ilustres visitantes que acuden a Braemar.
Braemar también tiene castillo. Construido en 1628, con casi 400 años de historia y una arquitectura atípica, se alza rodeado de árboles y entre colinas a unos kilómetros de la población que le da el nombre. Durante la Edad Media fue la fortaleza de los Condes de Mar. De nuevo la reina Victoria estuvo aquí y dicen que también se enamoró de este lugar. Entre abril y octubre hay visitas guiadas al interior del castillo. Seguimos viaje por Balmoral, Braemar y Ballater: los Highlands de la reina y nos dirigimos a la última «B».
Nuestra ruta acaba en Ballater, la tercera «B» de los Highlands de la reina. Esta población victoriana cercana al Castillo de Balmoral, tiene ese aire señorial de los Royals. En Ballater es posible dormir en una iglesia. Sí, en una antigua iglesia. The Auld Kirk, una iglesia victoriana reformada y reconvertida en B&B. La propietaria es muy amable y el lugar confortable, además de original. Una excelente opción para pernoctar y visitar desde aquí las tres «B’s» de la reina.
La Royal Station, destruida por un incendio en 2015, ha sido restaurada y volvió a abrir en 2018. El interior de la sala de espera real ha sido restaurado garantizando su esplendor de otros tiempos. El exterior del nuevo edificio es casi idéntico al anterior. Por ser la estación más próxima al Castillo de Balmoral, ha sido testigo de la llegada de algunos miembros de la familia real. Actualmente alberga un centro de información para visitantes.
Balmoral, Braemar y Ballater: los Highlands de la reina y lugares maravillosos para disfrutar de Escocia