Andalucía. Abril. Semana de pasos, saetas, vírgenes y Cristos. Este año, es distinto. Sin pasos en las calles. Con plegarias y cultos por internet. Las cofradías en casa. Sin procesiones y con las iglesias cerradas. Estamos en estado de alarma. Todos recluidos y sin poder celebrar la Semana Santa. Cada ciudad y pueblo andaluz mantienen su devoción, pero recluidos. Se retransmiten las procesiones de otros años y las bandas de música no suenan en la calle. Emociones en la Semana Santa de Andalucía.
Un coronavirus ha amenazado a la humanidad y nos obliga a quedarnos en casa, #quedatencasa es el hashtag viral que inunda todas las reces sociales. Esta crisis ha obligado a algo que no ocurría desde los años 30, en plena Guerra Civil. Cancelar las procesiones, los actos y eventos, cerrar restaurantes, hoteles y bares. Sólo en Sevilla se calcula que las perdidas superaran los 400 millones de euros. Este año los legionarios no portarán a hombros al Cristo de la Buena Muerte, en Málaga. Ni se le cantarán saetas a la Virgen de la Macarena en Sevilla. Ni al Cristo de los Gitanos en Granada. Andalucía se resigna a renunciar a las procesiones de Semana Santa.
En Andalucía , la Semana Santa es la gran celebración del año. A lo largo de siete días, las procesiones se viven de una forma intensa en la tradicional «madrugada» sevillana, la pasión de El Cautivo , el «Señor» de Málaga. Las mujeres, ataviadas con peineta, mantilla negra y cirio en la mano, desfilan junto a su cofradía. Los nazarenos de las diferentes hermandades religiosas, acompañan a sus imágenes de vírgenes y Cristos , en procesión. Con túnica, capa y capirote, el sombrero de forma cónica que cubre el rostro. Son emociones en la Semana Santa de Andalucía.
Caminamos por una estrecha calle peatonal del centro de la ciudad. Desde no muy lejos nos llega el sonido de los tambores e instrumentos de viento: una procesión. Avanzamos y a unos metros nos encontramos entre capirotes, color morado, músicos y gentío. El paso avanza majestuoso con su Cristo clavado en la cruz, moviéndose con sus vaivenes.
Solemnidad. Emoción. Tradición. Los costaleros, serios y concentrados transportan el paso llevando el peso en sus hombros con dignidad. Siguen avanzando y el esfuerzo se refleja en sus caras. Súbitamente se paran. El paso con su Cristo se queda clavado en el asfalto, además de seguir clavado en la cruz. La alineación perfecta de los costaleros se desbarata. La solemnidad se diluye. El silencio se rompe. Y aparece en escena un botijo de barro del que beben ansiosamente, unos y otros , entre gritos y sudores. Semana de pasos, vírgenes, Cristos y … botijos. Son emociones en la Semana Santa de Andalucía.