Es difícil imaginar un país con mayores números que la India: más de veinte idiomas reconocidos y más de mil dialectos, seis religiones principales, cuatro castas y 1.330 millones de personas que se distribuyen en una federación de 29 estados; todo ello en un país que se asemeja más a un subcontinente. Este es un viaje a la India por el Rajastán y Nueva Delhi, su capital.
¡Bienvenidos a la diversidad!
”El 90% de las bodas en India, son acordadas por las familias”, nos explica Push, que nos guiará por el Norte de la India.“¿Y la tuya también?”. «Claro, la tradición es más fuerte que el amor», responde convencido.
Este es un viaje de reencuentro. Viajé a la India hace más de 20 años. Lo hice por mi cuenta y acompañada por mi pareja y mi padre. La India me tumbó al cuarto día, en Agra. Después de visitar el Taj Mahal, empecé a encontrarme mal y por la noche la fiebre llegó a 40 grados. Un viaje por libre a la India hace 23 años, resultó ser más duro de lo previsto. Así que en aquellas condiciones, poco pude saborear este país. Durante años, siempre quise volver. Y aquí estoy, reencontrándome con ella.
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Nueva Delhi, la capital
Este periplo por la India del Norte arranca en la capital, Delhi. Una ciudad con más de 12 millones de habitantes, con un nivel de contaminación que impresiona y aconseja ir con mascarilla. «Aquí, en India, sólo con tres ciudades tenemos la misma población que en todo su país, España». Cierto. Delhi, Calcuta y Bombay ya suman más de cincuenta millones de habitantes.
Una densa neblina grisácea envuelve a la ciudad con una visibilidad precaria.Es lo primero que veo desde mi ventana al despertarme
El primer lugar que quiero visitar es el Raj Ghat. Este fue un momento especial en mi anterior viaje. Me envuelve el mismo silencio que recuerdo, a pesar de ser un lugar muy frecuentado. El monumento se encuentra al aire libre y lo preside una llama eterna. Austero. Sólo una losa de mármol negro ubicada en el lugar donde Gandhi fue incinerado el 31 de enero de 1948. India había conseguido la independencia de los británicos un año antes.
Al salir del recinto me encuentro con cuatro mujeres sentadas y vestidas con el tradicional y elegante sari. No tienen ningún inconveniente en que les fotografíe. El color es uno de los atractivos de la India. Me quedo embobada observando como visten el sari. ¡Qué elegancia!.
Nos adentramos en Old Delhi, la parte vieja de la ciudad. Desordenada, sucia y caótica. Aquí visitamos la imponente Mezquita Jama Masjid, la más grande de la India. Construida en el siglo XVII por el emperador mogol Sha Jahan (el mismo que mandó construir el Taj Mahal). Hay que descalzarse y ponerse una túnica que te entregan a la entrada y se devuelve a la salida. Todavía es pronto y no hay muchos turistas. Paseo por el grandioso patio (que puede alojar a mas de veinticinco mil personas) observando a la gente. El recinto es enorme y se nota la contaminación. No se puede acceder al interior de la mezquita. El 15% de los indios son mulsulmanes y éste es su templo.
Seguimos con la religión. El sijismo también es una religión india que se desarrolló en el contexto del conflicto entre el hinduismo y el islam. Nuestra próxima visita es el templo Sij más importante de Delhi. El Gurudwara Bangla Sahib, en honor al octavo gurú Sij (Guru Har Krishan).
A diferencia de los hindúes, los sijs no tienen dioses, sino gurús.
Los sijs practicantes deben llevar siempre consigo las 4 “k”. Kesh: pelo largo sin cortar, khanga: un pequeño peine de madera para recogerse el pelo, kara: una pulsera metálica, kacha: ropa interior de algodón, kirpán: en sus orígenes era una espada ceremonial pero actualmente es una pequeña daga. A las nuevas generaciones les cuesta llevar las cuatro “k”. Es una experiencia brutal entrar en este templo y sumergirte en los rezos, cánticos y reverencias de los fieles que parecen no reparar en ti: una occidental fotografiando un lugar muy especial.
Avanza el día y nos dirigimos a nuestra tercera visita en Delhi, el Qutab Minar. Este complejo, Patrimonio de la Humanidad, exhibe entre otras bellezas, un minarete de ladrillos y mármol de más de 70 metros de altura. Recorrer el complejo requiere tiempo y es recomendable hacerlo al caer el día. Aquí, como en otros monumentos notables, hay turismo interior. Familias y amigos pasean visitando este bonito lugar. Aquí tienes una guía de Delhi
El Taj Mahal, maravilla del mundo
Prosigue nuestra ruta por el norte de la India. Madrugamos y dejamos atrás la contaminada Delhi, aunque tardamos horas en salir de la ciudad. El tráfico es un caos. Miles de bocinas sonando a la vez, humo y más contaminación. Logramos salir y cogemos «la autopista de los ocho carriles» en dirección Agra. Tardamos la mañana completa en llegar con el autocar y lo hacemos a la hora del almuerzo. Agra sigue igual de destartalada, sucia y cutre que hace veinte años. Es increíble que albergue uno de los monumentos más bello y emblemático del planeta. Aquí tienes una súper guía del Taj Mahal
A diferencia de mi anterior viaje, las colas para acceder al Taj Mahal son largas y tediosas (una cola para las mujeres y otra para los hombres). Hay mucha más gente visitando este monumento que hace veinte años. Recuerdo que contratamos un tuc-tuc que nos dejó en la puerta de acceso al Taj Mahal y entramos sin mayor problema. Ahora ya no se puede acceder por tu cuenta, sólo en unos vehículos autorizados, después de un buen rato de cola y con los consabidos controles de seguridad. No esperaba ver tanta gente cuando accedo al recinto. ¡Eso sí ha cambiado!.
El Taj Mahal es como las Pirámides de Giza, Machu Pichu o Petra, da igual las veces que lo hayas visto en fotografías o vídeos, cuando los tienes delante, respiras hondo y das gracias por disfrutar del privilegio de estar ahí.
El Taj Mahal es sublime, perfecto, tan bello que parece irreal. Estarías horas contemplándolo. Sin duda una de las obras maestras del patrimonio mundial
Y a un monumento tan especial, le acompaña una historia bella e inspiradora. Una historia de amor. Una ofrenda póstuma del emperador a su amada esposa Mumtaz Mahal y madre de sus catorce hijos. Sha Jahan tardó veinticuatro años en concluir esta joya del arte mogol. Aquí reposan ambos para la eternidad.
- Tip Viajero: para la luz, la mejor hora para visitar el Taj Mahal es al amanecer, con las luces del alba o al atardecer en la puesta de sol. Es un monumento muy frecuentado.Si quieres evitar las masificaciones, madruga. Una perspectiva atractiva es fotografiarlo desde el río Yamuna, aparece imponente entre sus aguas. Yo no tuve la ocasión de poder observarlo desde allí, uno de los motivos para volver y saborear esta eterna maravilla.
El Fuerte Rojo de Agra
No sé si será que hemos llegado los primeros o que luce un día precioso o que no pude visitarlo en mi anterior viaje por indisposición. La cuestión es que me encanta este lugar, tranquilo y con rincones increíbles. Salpicado con los colores de los saris de las mujeres indias que pasean por el recinto. ¡Una maravilla!
En la orilla opuesta del río Yamuna, se encuentra otra joya del arte mogol: el Fuerte Rojo de Agra, un palacio amurallado que encierra en su interior un impresionante conjunto de pabellones y edificios. Está considerada como la fortaleza más importante de la India. Los grandes emperadores del imperio mogol vivieron y gobernaron en este lugar. Aquí estuvo recluido Sha Jahan después de la muerte de su esposa Mumtaz Mahal. El rey pasó sus últimos años mirando desde estos balcones el Taj Majal. Las vistas son impresionantes.
Jaipur, la ciudad rosa
Proseguimos viaje hacia Jaipur, ciudad de seis millones de habitantes y capital del estado de Rajastán. También llamada la ciudad rosa porque los edificios de la parte antigua exhiben un atractivo color rosado. El Hawa Mahal (Palacio de los Vientos), símbolo de la ciudad, es uno de los edificios icónicos del Rajastán en particular y de la India en general. Construido en 1799 por el marajá Sawai Pratap Singh, sus casi mil ventanas permitían que las mujeres del harén pudieran ver sin ser vistas. Una fachada preciosa en una calle ruidosa y con mucho tráfico.
A sólo 11 kilómetros de Jaipur se encuentra una de las atracciones más famosas de la ciudad: el Fuerte Amber. Una fortaleza-palacio ubicada en lo alto de una colina desde la que observar una fantástica panorámica. Elefantes pintados y enjaezados te suben hasta el patio de la entrada a la fortaleza. Hay que agarrarse bien para que el vaivén no te tire al suelo. Desde lo alto del elefante, las vistas son soberbias. Construida en el siglo XVI por Raja Man Singh, este complejo de palacios, jardines, pabellones y salones exhiben una notable belleza.
Prosiguiendo con las visitas de Jaipur, llegamos al Jantar Mantar. Este gigantesco observatorio gastronómico fruto de la pasión por la astronomía y matemáticas de Jai Singh, uno de los mejores de Asia. Nos muestra algunos ejemplos de la precisión en los cálculos para estudiar los astros: ¡sorprendente!. Cada signo del zodíaco exhibe su propia estructura. Push nos explica que aquí vienen los novios antes de casarse para afinar adecuadamente en la fecha idónea de la boda.
Un bonito final en Jaipur es disfrutar del Palacio de la ciudad (City Palace). Cuenta con varios edificios, jardines, patios y una parte privada, actual residencia del maharajá de Jaipur, un veinteañero, experto en polo, heredero de un título centenario y de una fortuna valorada en más de 500 millones de euros, además de ser ahijado de Carlos de Inglaterra (los británicos siempre acaban apareciendo en la India). Los maharajás ya no ostentan poder real pero siguen fascinando a los ciudadanos y habitando sus fastuosos palacios, como este de Jaipur.
El patio del Palacio de Jaipur es un buen lugar para observar y fotografiar. Un grupo numeroso de mujeres, que no se separan en ningún momento, pasean sus coloridos saris. Observo a varios sijs mostrando orgullosos sus turbantes. Dejamos atrás la magnífica Jaipur para seguir nuestro periplo por el Rajastán. La siguiente joya es Jodhpur, a unas seis horas por carretera, la segunda ciudad más grande del Rajastán y situada en el desierto del Thar.
Jodphur, la ciudad azul
Un impresionante cielo azul y un sol brillante, nos reciben en Jodphur. Esta ciudad no defrauda. Dos visitas cercanas y maravillosas: el Jaswant Thada, un mausoleo a orillas de un pequeño lago y el Fuerte de Mehrangarh. El primero un claro exponente de la arquitectura rajputa, construido con el mismo mármol que el Taj Mahal. El estanque dentro del complejo sirve como lugar de cremación para las familias reales de Jodhpur.
La imponente Fortaleza de Mehrangarh se alza a 125 metros sobre Jodhpur, la ciudad azul. Data del siglo XV y fue construida por el fundador de la ciudad. Alberga bonitos salones, preciosas fachadas, patios y un sinfín de detalles. Hay que perderse en su interior, descubriendo rincones y detalles. Desde las alturas se observa una panorámica de la ciudad con el predominante color azul.
Udaipur, la ciudad del Lago Pichola
Seguimos ruta hacia Udaipur. En el trayecto se encuentra otra joya, el templo jainista de Ranakpur, dicen que el mejor templo jainista de la India. De mármol blanco y cientos de columnas esculpidas en su interior, es una obra de arte. Mientras hacíamos la visita, una chica me pidió que le hiciera un reportaje de fotos para después enviárselo por mail. Así fué. Mientras mis compañeros gozaban de las mantras purificadoras de uno de los monjes del templo, yo atendía la petición de esta mujer india. Se lo explique al monje. «Lo siento , no he podido asistir a tus mantras, estaba haciendo fotos a una chica que me lo ha pedido». «¿Cómo te llamas?», me preguntó. Y en un segundo empezó a rezar por mí. Al final tuve una «sesión privada» de mantras con el sacerdote. Todo en paz.
Ya de noche llegamos a Udaipur la ciudad de nuestro guía Pushpendra. Está contento de llegar a su lugar: hoy verá a su familia y dormirá en casa. Además se siente orgulloso de ser nuestro anfitrión. Udaipur es la ciudad de los lagos y ello le aporta una personalidad particular y diferente a otras ciudades del Rajastán. Fundada a orillas del Lago Pichola por el maharajá Udai Singh II, concluyo que es mi ciudad favorita del Rajastán.
Me despierto y desde mi ventana en el Hotel Lakend, veo el amanecer frente al Lago Fateh a pocos kilómetros del famoso Lago Pichola. Por primera vez en India tengo una dulce sensación de sosiego y tranquilidad. ¡Qué buen comienzo para Udaipur!.
Hay mucho que ver en esta ciudad y empezamos visitando los jardines de Saheliyon Ki Bari. Un golpe de aire fresco con sus fuentes y vegetación. Un vergel construido por el rey durante el siglo XVI para su gozo y disfrute. Un lugar agradable para pasear con los primeros rayos de sol. «Cierra los ojos», me dice Push. «¿Qué escuchas?», me pregunta. «Sonido de lluvia», le respondo. Y así es, por capricho del rey. El agua cae de tal manera que parece que esté lloviendo en la selva tropical.
Se nota que Push está feliz de enseñarnos su ciudad. Además de las visitas obligadas, nos lleva a otros lugares igualmente interesantes. Bajamos del tuc-tuc frente a un colorístico mercado de frutas y verduras. Cruzando la calle hay puestecitos con infinidad de productos y un ambiente que me encanta. No veo a ningún occidental por aquí. Paramos en uno de los puestos a comprar hilo rojo para la muñeca, con el objetivo de alejar los malos espíritus y la energía negativa. Dicta la tradición que hay que usarlo hasta que se caiga…
El broche final del viaje en Udaipur: el City Palace. Magnífico complejo arquitectónico compuesto por varios palacios, dicen que el más grande de la India. «Sólo tardaron 400 años en construirlo», nos comenta Push con una socarrona sonrisa. Nos acompaña un cielo azul y un magnífico sol que todavía lo hacen más bonito. Su ubicación, en uno de los bancos del Lago Pichola, es inmejorable. Finalizada la visita de esta maravilla, es momento de visitar el lago.
El Lago Pichola, construido en el siglo XIV, es artificial y de agua dulce. Navegar en barca y visitar el Palacio del Lago (Lake palace), actualmente un hotel de lujo, o acercarse hasta uno de los palacios reconvertidos en restaurante para celebraciones, son algunas de las lindezas que ofrece el Lago Pichola. Sin duda, uno de los lugares más románticos y tranquilos de la India.
La India fascina. Su diversidad, gentes, castas, tradiciones, cultura, colores, Maharajás… Ya en el avión de vuelta a Delhi, viajaba en primera clase el maharajá de Udaipur, un anciano octogenario que era tratado con deferencia por la tripulación. A pesar de la edad, mantenía esa pátina de rey alimentada por sus súbditos. «That’s India!», remata Push cuando le pregunto acerca del ilustre señor, exhibiendo orgulloso la foto que se acaba de hacer con él.
Una de las grandes diferencias que he observado respecto a mi anterior viaje, es la actitud de los indios en general. Recuerdo su hostilidad en cuanto me veían sacar la cámara de fotos. No querían interaccionar, en general mostraban una actitud de rechazo. En este viaje ha sido todo lo contrario. Es frecuente que te pidan un selfie, no ponen ningún reparo a ser fotografiados y sonríen. Te preguntan acerca de tu país y muestran interés por ti. Para mí, que me encanta interaccionar con las personas, este ha sido uno de los puntos fuertes, junto a mis compañeros de viaje y nuestro guía.
«En octubre del año próximo, será la boda de mi primo en Udaipur», me comenta Push. «Están ustedes invitados. Es un honor para unos novios indios que asistan occidentales», prosigue. «¿Podré asistir con mis primos?, le pregunto. «Por supuesto, están todos invitados», concluye.
Tenemos una cita muy especial en octubre de 2020, no me perdería una boda india, después de las que hemos ido viendo a lo largo del viaje …
Duran tres días, alquilan magníficos locales (que parecen palacios) expresamente decorados y preparados con todo tipo de detalles. Los padres ahorran durante gran parte de su vida para sufragar los gastos y es el hito más importante en la vida de los hindúes. ¡Gracias Push, allí estaremos!.
Nota: Octubre 2020, casi 9 meses sin poder volar a causa del COVID19. No habrá boda hindú. En otra ocasión será.
Artículos útiles para viajar a la India
Te recomiendo los siguientes artículos para preparar tu viaje a la India de @miviajealaindia una viajera enamorada de este país:
10 comentarios en “India, un viaje por el Rajastán y Nueva Delhi”
Maribel
(06/04/2019 - 17:58)Felicidades,,,,Bea,,por tú ,reportaje.
Me ha ,gustado mucho..
Muchas. gracias..por tú tiempo…
Besos……
Bea
(06/04/2019 - 18:04)Muchas gracias a tí por leerlo! Un viaje maravilloso!
Maria Rosa Oliva
(08/04/2019 - 15:19)M’ha encantat,semble que torni reviure.Un reportatge perfecte,un crack.
Bea
(03/12/2019 - 11:42)De eso se trata: revivir lo experimentado a través de las palabras. ¡Muchísimas gracias por tu comentario!
Maria Rosa Oliva
(10/04/2019 - 14:46)M’ha encantat! Sembla que el torni a reviure, un reportatge perfecte. Ets una crack!!!
Bea
(20/04/2019 - 07:38)Muchísimas gracias! de eso se trata , explicar historias para recordar… Me alegro mucho de que te haya ayudado a revivir el viaje
amaia
(13/04/2019 - 17:21)Espectacular amiguita….me apunto yo también a la boda….jejeje…la que podemos liar😊😙
Bea
(20/04/2019 - 07:36)Muchas gracias Amaia!. Un viaje fantástico!. Y las bodas indias, cuanta más gente, mejor.
Isabel
(02/06/2023 - 11:01)¡Me ha encantado tu artículo! Y me has hecho revivir mis diversas visitas a Udaipur y la belleza absoluta de sus lagos 🙂
Aquí te dejo mi artículo sobre el Taj Mahal… la joya entre las joyas de la India, por si te puede ser útil para tu próxima visita.
https://miviajealaindia.com/agra/que-ver/el-taj-mahal/
Beatriz Lagos
(02/06/2023 - 22:09)Muchas gracias! Leeré tu artículo porque he tenido la oportunidad de visitar el Taj en dos ocasiones y será revivirlo de nuevo Es un lugar maravilloso!