Todo empezó cuando un maestro de un pueblo de La Alcarria pasaba temporadas en Francia. Su hermana Carmen vivía en el departamento de los Alpes-Alta Provenza y ello le permitía pasar los veranos en aquellos preciosos parajes, buscando un dinero extra y perfeccionando su francés. Un día cerca del pueblo de Puimoisson y después de subir una cuesta con sinuosas curvas, apareció de repente ante sus ojos unos formidables campos de lavanda. Este fue el inicio de la Historia de los campos de Lavanda en La Alcarria.
Era la primera vez en su vida que Álvaro Mayoral veía un espectáculo como ese. Paró el camión para poder observar con mayor detenimiento. Una alfombra morada se perdía en el infinito y un aroma lo envolvía en un perfume que nunca más olvidaría. Cuando reanudó la marcha se fue convencido de que intentaría replicar aquella maravilla en España.
En el viaje de vuelta, el 8 de septiembre de 1963, se trajo una maleta con 30 plantas de lavandín, una planta híbrida producto de la mezcla entre el espliego y la lavanda, que le había entregado Madame Brunnel de su vivero.Tras 40 horas de viaje en tren y con temperaturas que rondaban los 38 grados, las plantas no soportaron el largo trayecto. Álvaro hizo lo imposible para reanimarlas cuando llegó a Barriopedro, su pueblo. Los lavandines se secaron, pero no cejó en su empeño de conseguir ver los lavandines en los campos de su querida Alcarria. Decidió escribir a Madame Brunnel y pedirle que le enviara semilla y plantas de lavandín a lo que ella respondió positivamente días más tarde. Álvaro no cabía en sí de felicidad.
Aquel fue el inicio inequívoco del nacimiento de los campos de lavanda en la zona centro de España. Resultó ser que el terreno y climatología eran los elementos idóneos para que florecieran. De eso ya hace más de sesenta años y los descendientes de Álvaro Mayoral, pueden disfrutar de los también descendientes de sus queridos esquejes.
En sus años de juventud, Álvaro había segado a hoz espliegos silvestres que crecían en algunas parcelas abandonadas de su pueblo. A finales de agosto acudían agricultores que destilaban el espliego en calderas ambulantes. Álvaro comprendió que el espliego no requería tantas tareas como los cultivos tradicionales, como el trigo y, en cambio, los beneficios eran muy superiores.
Gracias al tesón de Álvaro Mayoral, hoy podemos disfrutar de estos magníficos campos de lavanda en Brihuega
A pesar de ello, costó mucho esfuerzo convencer a los agricultores para que sustituyeran sus cultivos de cereal y legumbres (que les servían de alimento), por otro del que nada conocían. Álvaro seguía con su sueño desde que vió por primera vez aquellos maravillosos campos de lavanda en la Provenza y con sus propias manos y la ayuda de su hermano Ángel, plantaron las 100 plantas de lavanda recibidas en octubre de 1963. De esas 100 «agarraron» 60, pero las semillas no fructificaron. Otras 100 plantas que le trajo un colega de Francia fueron plantadas en un terreno cercano a Barriopedro. La suerte hizo que aquel mes de septiembre trajera muchas lluvias y las plantas aguantaron.
De esas dos parcelas consiguieron 160 plantas que pusieron en el paraje «La Era» de Cívica y de ellas sacaron 500 esquejes que plantaron al lado de su primer vivero. Al cabo de dos o tres años, se dieron cuenta de que eran de distintas variedades. Entonces, se propusieron seleccionar las plantas por variedades para lograr cultivos uniformes. Con este fin utilizaron plantas madre en «Las Fuentecitas» de Cívica mientras Madame Brunnel seguía enviando plantas desde Francia. Cinco años después de plantar las primeras 100 lavandas, en agosto de 1968 obtuvieron 400 kg. de flor, 200 kg. de lavanda fina y 200 kg. de una mezcla de distintas variedades. Estos kilos de flor fueron destilados y obtuvieron 11,5 kg de esencia de lavanda-lavandín que vendieron a 400 pesetas el kilo. Fueron las primeras pesetas que obtuvieron de sus cultivos de lavanda.
En marzo de 1968 ampliaron el vivero a 40.000 plantas y pusieron 200 de lavandín súper. Estas últimas habían sido bien clasificadas previamente y enviadas por Mme. Brunnel. Fueron estas plantas las que supusieron la partida de nacimiento del lavandín súper en toda la zona. Las plantas de este vivero fueron vendidas a distintos clientes. En agosto de 1970 instalaron una caldera en «Las Fuentecillas» de Cívica y otra en 1976. Desde entonces hasta 1995 destilaron en ellas su propia producción y la de aquellos agricultores a los que habían vendido plantas. Entre 1970 y 1976 empezaron a instalarse destilerías de vapor que unidas a las máquinas segadoras facilitaban el trabajo a los productores que disponían de grandes plantaciones. En 1971 prepararon un vivero en Cabanillas del Campo, que ya en 1973 contaba con 300.000 plantas. A partir de 1975, se imponía mecanizar la siega y abandonar la rudimentaria destilación.
Con la satisfacción de haber convertido en realidad una gran ilusión, Álvaro siente un inmenso agradecimiento a sus hermanos Carmen y Ángel y a Madame Brunnel. Gracias a ellos y otras muchas personas ha sido posible este gran proyecto. Así empezó todo: de un gesto sencillo, se puede llegar a construir todo un universo de sensaciones y campos de lavanda llenos de extraordinaria belleza.
Hoy en día, después de la primavera, el mes de julio es fiesta grande en Brihuega: engalana sus calles y el color violeta invade todas sus plazas y rincones. Se llevan a cabo paseos en globo para visualizar desde el cielo las «alfombras» violetas sobre los camposbriocenses y se organiza el Festival de la Lavanda, que ya va por la VIII edición y cuenta con espectáculos musicales al atardecer, en medio de los campos de lavanda. Y hasta una exclusiva muestra de la exquisita cocina del famoso chef Dani García, galardonado con tres estrellas Michelín. Todo entre los campos violetas y bajo las estrellas.
¡Ay si Don Álvaro Mayoral viera en qué se han convertido sus primeros esquejes de lavandas…!
Datos útiles:
Web Oficina de Turismo de Brihuega
Restaurantes:
Hoteles:
Apartamentos Rurales Flor de Lavanda
Lugares de interés:
4 comentarios en “Historia de los campos de lavanda en La Alcarria”
Rosa Boix Pons
(30/07/2019 - 19:16)Interesante Relato de Bea q te transporta sensitivamente y visualmente a este rincón de la Alcarria poco conocido.
La historia emotiva y real del maestro aún en vida a sus 90 y tantas primaveras q con su empeño y conocimiento y visión hizo posible la transformación de estos parajes, ahora tan preciosos y tan recomendables para quién quiera conocer este pueblo de la Alcarria, Brihuega.
Gracias por compartir estas bellas fotografias y este relato
Bea
(31/07/2019 - 10:43)Gracias a tí Rosa, por tu sensibilidad y agradecimiento.Sin duda Brihuega es un precisoso rincón de la Alcarria.
Carmen Montil Jiménez
(07/02/2020 - 11:56)Bea, después de leer tu relato sobre los campos de la Lavanda, tengo unas ganas enormes de conocerlo. Espero ir el próximo mes de julio y disfrutar de esa maravilla de paisaje. Tus fotos son preciosas.
Bea
(07/02/2020 - 12:36)¡Muchas gracias Carmen!. Es un magnífico lugar para visitar durante el mes de julio y si puedes asistir al festival, entonces es redondo. ¡Disfrútalo mucho!