Reconozco mi debilidad por el chocolate, aunque paradójicamente uno de los postres europeos más famoso con este ingrediente, nunca me entusiasmó demasiado. Esta percepción cambió para siempre, desde mi último viaje a la capital austríaca en compañía de mi amiga María. Nos propusimos probar la deliciosa tarta Sacher de Viena en el que dicen es el mejor lugar para hacerlo, el Café Sacher. Y eso hicimos.
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Aquella noche habíamos dormido en Bratislava, la capital de Eslovaquia. Menos conocida que sus majestuosas hermanas de centro Europa como Praga, Budapest o Viena, sin duda es muy recomendable. Tranquila, menos ostentosa pero coqueta y atractiva. Nuestro paso por Bratislava fue encantador. Aquella mañana fría de febrero, madrugamos para tomar el autobús que nos iba a llevar de vuelta a Viena en tan solo una hora. El desayuno de aquel día iba a ser muy especial. A las 9.30 de la mañana ya estábamos en la cola para acceder a uno de los cafés más míticos de la ciudad.
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Hotel Sacher
Vamos a contextualizar. Los últimos 150 años de la historia de Austria se concentran en la Ringstrasse, una avenida repleta de palacios, parques y museos. Y hasta aquí hemos venido, frente a la Ópera de Viena, a un histórico y lujoso establecimiento, fundado en 1876 por Eduard Sacher. Además de ser uno de los mejores hoteles de la ciudad, es famoso por los ilustres clientes que se han hospedado en él. Entre los que se encuentran el emperador Francisco José, el rey Eduardo VIII y Wallis Simpson, la reina Isabel II y el príncipe Felipe, Rainiero de Mónaco y Grace Kelly o el presidente John F. Kennedy entre muchos otros. En 1969 John Lennon y Yoko Ono dieron una conferencia de prensa en este hotel. Incluso Romy Schneider se hospedó en el Hotel Sacher durante el rodaje de Sissi en 1955.
Guiada por mi curiosidad, mientras María guarda turno en la cola para acceder al Café Sacher, me acerqué a la puerta principal del hotel para conocer de primera mano tan ilustre lugar. En el pequeño vestíbulo me recibió una Tarta Sacher gigante pero real que decía «cómeme!», adornada con bonitas flores multicolores. Seguramente será la más grande que veré en mi vida. Solicité permiso para adentrarme hasta el fondo y una elegante sala clásica con terciopelos rojos invitaba a sentarse y disfrutar de aquel lugar. Sin embargo, no estaba hospedada -el precio de una noche es a partir de 500€- y debía volver al exterior a la cola. Así que abandoné aquella burbuja de lujo y exquisitez y volví a la calle comprobando que María había avanzado posiciones y ya estaba muy cerca de la entrada.
Café Sacher
Después de sucumbir a las fotos de rigor en la entrada del Café Sacher, llega el momento esperado: cruzamos el umbral de la puerta y un amable camarero nos acompaña a nuestra mesa en uno de los bonitos salones. Un retrato de la famosa Sissi emperatriz preside el salón. El espacio es muy elegante con predominancia del color granate y una bonita carta con un inconfundible logo con «S» de Sacher. Estoy emocionada. En mis anteriores visitas a Viena pasé de largo de este lugar pero ahora me ilusiona probar la que dicen es la mejor tarta Sacher de la ciudad.
Repasamos la carta, elegante como el entorno, y tardamos poco en elegir. Pedimos dos tartas Sacher y María la acompaña con café y yo con té. Estamos preparadísimas para probar la deliciosa tarta Sacher de Viena. Como indica en su web «El Café Sacher ofrece un entorno perfecto para degustar el ambiente típico de un café vienés y una porción de la Sacher-Torte original. Tómese un tiempo de su día y dejar espacio para un momento de indulgencia o pruebe nuestro delicioso menú de clásicos. Sea cual sea la hora del día, el Café Sacher le ofrecerá un retiro de buen gusto y un refugio culinario seguro. Platos vieneses tradicionales y selecciones de café le esperan con una sonrisa». Pues eso, ni más ni menos.
La realidad superó las expectativas. La tarta Sacher estuvo deliciosa, un auténtico placer y con la nata la mezcla era sublime. El té estaba muy bueno y el café también. Disfrutamos mucho de esta experiencia gastronómica y la recomendamos sin lugar a dudas. Es un capricho caro dado que sólo la porción de tarta cuesta 10,90€ y junto a la bebida la factura sube más de 15€ por persona, pero volvería a pagarlos de nuevo. Todavía recuerdo el regusto de chocolate y mermelada de albaricoque en mis papilas gustativas.
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Tarta Sacher
El comienzo de la historia de la Original Sacher-Torte es de 1832. La corte del Príncipe Metternich había pedido un postre para una ocasión especial, pero el chef estaba enfermo en ese momento y fue sustituido por el joven aprendiz Franz Sacher. El pastel que creó no podría haber sido más delicioso. Desde entonces, la Original Sacher-Torte todavía se hace a mano con la receta original de Franz Sacher hasta el día de hoy y se disfruta mejor con una cucharada de nata sin azúcar.
La tarta Sacher -en alemán Sachertorte– contiene dos capas gruesas de bizcocho de chocolate y mantequilla separadas por una fina capa de mermelada de albaricoque. Se recubre con un glaseado de chocolate negro por encima y por los laterales. Esta cobertura externa de chocolate negro permite que la tarta se conserve durante periodos largos. Tuvimos la oportunidad de probar otra tarta Sacher en Viena y nada tenía que ver con la del Café Sacher que estaba exquisita. Así que este pastel guarda un secreto en su elaboración que lo hace único y especial. Por algo lleva su sello de «Original»
Datos prácticos Café Sacher
El Café Sacher abre de lunes a domingo desde las 8 de la mañana hasta las 20h, así que dispones de 12 horas al día durante toda tu estancia en Viena para saborear la Tarta Sacher Original. Sino quieres hacer cola, puedes realizar una reserva a través de la web y recomiendan hacerla pronto para asegurarte una mesa disponible.
El Café Sacher se ubica contiguo al Hotel Sacher y tiene entradas independientes puesto que puedes acceder al café sin estar hospedado en el hotel. Se encuentra muy céntrico justo frente a la Ópera de Viena y se puede llegar en transporte público con la estación de metro “Karlsplatz/Oper” o el tranvía “Kärntner Ring/Oper”. Ambas estaciones están a pocos pasos caminando del café.
La dirección es: Philharmoniker Str. 4, 1010 Wien, Austria. Disponen de otro establecimiento en la ciudad de Salzburgo que no dudaré en visitar en mi próximo viaje a esa preciosa ciudad austríaca.
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