En Andalucía todos los pueblos son blancos. Pero unos pueblos determinados, en la sierra de la provincia de Cádiz, reciben ese nombre: Pueblos Blancos
La Ruta por los Pueblos Blancos de Cádiz es un recorrido emocionante y cuajado de pequeñas joyas repartidas al norte de la provincia. La mayoría conserva el viejo trazado árabe de sus orígenes y cada uno presenta su encanto especial. Invierno. Enero. Mes de frío y nieblas. El blanco de la cal es el hilo conductor que une un pueblo con otro a lo largo de la Ruta de los Pueblos Blancos. Son 19 los pueblos que componen este recorrido que atraviesa la sierra de la provincia de Cádiz.
La historia de este territorio acentúa el encanto y el interés. Las calzadas romanas, las invasiones cristianas, bandoleros, patrimonio arqueológico. Pero el mayor atractivo es recorrer la ruta en coche saboreando pueblo a pueblo, paisaje a paisaje. En invierno, la bruma envuelve los campos. Me gusta ir a Andalucía en invierno, es «otra Andalucía«. El sol y el calor, los grandes protagonistas del verano pasan el testigo al frío benigno, las nieblas, la calma y el sosiego, la escasez de turistas y Andalucía es diferente.
Arcos de la Frontera: sin duda, la puerta de entrada de la Ruta de los Pueblos Blancos y, en mi opinión, uno de los pueblos más bonitos de España. Declarado monumento-artístico y encaramado en una peña de casi 100 metros de altura, Arcos goza de unas vistas soberbias sobre el valle del río Guadalete. Despertarte por la mañana, abrir la ventana y ver levantar el día frente a la peña, es una delicia. La Iglesia de San Francisco y la de San Pedro hacen inconfundible la silueta de este pueblo blanco vista desde la distancia.
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Grazalema
Llegamos a Grazalema una fría mañana de enero. El pueblo estaba vacío y lloviznaba. Es el municipio que da el nombre a la sierra, zona de reserva del Parque Natural Sierra de Grazalema. Dicen que con el índice de pluviosidad más alto de la mitad sur peninsular. A las espaldas del pueblo está el Peñón Grande en cuyas montañas nace el río Guadalete. Ya en el siglo XVII Grazalema se hizo famoso por la industria textil con la fabricación de tejidos de lana y mantas. Una de las atractivas compras a realizar en esta población son productos de lana de primera calidad fabricados al modo tradicional.
Vejer de la Frontera
Una de las poblaciones más hermosas de la provincia gaditana. Nos recibieron sus naranjos alineados en sus calles y bien cuajados de naranjas. Vejer de la Frontera se asienta en una verde colina de casi 200 metros de altitud, desde donde se ve discurrir el río Barbate. Paseando por el pueblo, encontramos un bar abierto y allí comimos un jamoncito y queso buenos acompañados de gente amable.
Zahara de la Sierra
Paso obligado en la Ruta de los Pueblos Blancos. Su Torre del Homenaje, de arquitectura árabe, controla a vista de montaña una parte del Parque Nacional Sierra de Grazalema. Zahara guarda varios tesoros: la Iglesia de Santa María de la Mesa y los gañotes, dulces de almendra y canela. El embalse es un gran atractivo turístico de Zahara, puesto que además de su interés paisajístico (es una de las imágenes promocionales habituales de Andalucía) también se usa para actividades al aire libre e incluso tiene una pequeña playa para refrescarse en verano.
Setenil de las Bodegas
Son famosas sus casas excavadas en las rocas del desfiladero que forma el río Guadalporcún. Por sus calles pasean decenas de turistas disfrutando de las tapas en sus bares y de su pintoresca estructura urbana declarada Conjunto Histórico. En las cuevas de la localidad, se han encontrado objetos que demuestran una antigüedad de 5.000 años. Setenil fue considerado casi inexpugnable, considerándose una entrada importante para la reconquista del reino nazarí.
Esta es una selección de la Ruta de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz. Pero hay más y todos bonitos: Algodonales, Bornos, El Bosque, Ubique, Olvera … Son 19 municipios que salpican preciosos paisajes de mi querida Andalucía. Cualquier época del año es buena para visitar las tierras andaluzas, a excepción de los meses de julio y agosto, en los que las temperaturas máximas son muy altas y el calor puede llegar a ser excesivo. Primavera es clave para vivir la Semana Santa, una experiencia que vale la pena aunque sea una vez en la vida. Sin duda, el invierno andaluz es definitivamente mágico.
Enlaces de Interés
https://www.lonelyplanet.es/blog/los-6-mejores-pueblos-blancos-de-cadiz-una-ruta-por-andalucia
http://www.cadiz-turismo.com/rutas/rutadelospueblosblancos.php