Cuando el viajero penetra en la bahía de Santorini, contempla un escenario de inmensa belleza. Hace mil quinientos años, esta región del Mediterráneo fue sacudida por la mayor explosión volcánica registrada en tiempos históricos y acabó con la floreciente cultura minoica asentada en este lugar. Abruptos perfiles enmarcan la isla por los cuatro costados y las construcciones hechas por el hombre,
se han visto obligadas a trepar por sus escarpadas laderas. Estamos en Grecia. En las Islas Cícladas. Estamos en Santorini, una isla irresistible en el Mar Egeo.
La llaman «Perla del Egeo» o «Isla de los dioses». La vista desde el barco es siempre la mejor: así es como aventureros, héroes y piratas han recibido a Santorini durante cerca de 7.000 años. La isla en forma de media luna, la más grande de un grupo de restos volcánicos -se trata de un archipiélago formado por cinco islas- se sienta en el Mediterráneo como una tiara sumergida de gran tamaño. Cuando la ves por primera vez, tienes que parpadear para despertar de un sueño real, después del viaje que te trae hasta aquí desde Grecia continental.
Paredes titánicas de roca sobresalen del océano, salpicadas por perfectas casitas blancas. Todo protegido bajo un cielo infinito. Santorini es de frágil belleza con un corazón cambiante, como comprobarás a continuación.
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La Pompeya del Mar Egeo
Hace aproximadamente 2 millones de años, la actividad volcánica del planeta era muy superior a la actual. Eran frecuentes los fenómenos de formación de nuevas tierras, como consecuencia del enfriamiento que experimentaban las coladas de lava al contactar con la atmósfera. Recientemente lo pudimos conocer -y sufrir- en la erupción volcánica de la isla de La Palma en Canarias.
Sobre la isla se estableció hacia el año 2000 a.C. un pueblo que poseía un alto grado de civilización, con una cultura minoica similar a la de Creta. Sin embargo esta floreciente comunidad tenía sus días contados: en el año 1450 a.C., la erupción de un gran volcán situado en el centro de la isla acabó con la civilización minoica y con todo vestigio de vida.
El vulcanismo que fue el origen de este enclave, determinó también su ruina y desaparición. Una serie de explosiones sucesivas convulsionaron la Tierra. La mitad de la isla se hundió en el fondo de la caldera formada, siendo ocupado el vacío por las aguas del Egeo. Solamente la parte oriental de la isla quedó sobre el nivel del mar, tomando la forma de una media luna creciente.
El cataclismo de Santorini se considera tres veces más intenso que aquél que destruyó la erupción de la isla de Kracatoa, entre Sumatra y Java, en 1883. Un gran maremoto sacudió el Mediterráneo oriental y las olas alcanzaron la costa de Israel depositando residuos volcánicos de más de 7 metros. Después de la gran explosión, la isla quedó deshabitada. Todo ello podría recordar a la catástrofe de Pompeya y Herculano que tuve la oportunidad de conocer en mi viaje a la Costa Amalfitana
Pasó mucho tiempo y volvió a ser colonizada en el siglo X a.C. Más recientemente, destaca la erupción volcánica en 1925 y el terremoto que sacudió Santorini el 9 de julio de 1956, causando notables daños materiales. En 1860, Santorini, una isla irresistible en el Mar Egeo volvió a llamar de nuevo la atención del mundo cuando un célebre profesor griego, descubrió parte de la ciudad minoica anterior al cataclismo, encontrándola prácticamente intacta.
El archipiélago de las islas cícladas
El archipiélago griego de las islas Cícladas, se sitúa en el centro del Mar Egeo, la parte del mediterráneo comprendida entre Grecia y Turquía. La dificultad de limitar las respectivas áreas de soberanía entre ambos países, genera frecuentes conflictos diplomáticos entre los dos países.
El turismo es la actividad económica principal de estas islas, que representan la quinta parte de la superficie de Grecia, pero la mitad de su capacidad hotelera. Su nombre deriva de la palabra griega κύκλος, (círculo) y los antiguos geógrafos hacían referencia a la especial distribución del archipiélago, que parece extenderse como un círculo en torno a la sagrada isla de Delos, Patrimonio de la Humanidad y próxima a Mikonos.
Las Cícladas comprenden alrededor de 220 islas, siendo las principales, por orden de tamaño: Naxos, Andros, Paros, Tinos, Milo, Ceos, Amorgos, Íos, Citnos, Mikonos, Siros, Santorini, Serifos, Sifnos, Síkinos, Antíparos, Anafi, Kímolos, Folégandros y otras doscientas islas menores. Según National Geographic las Cícladas más bonitas son: Mikonos, Delos, Naxos, Paros, Amorgos y Santorini. También las más turísticas. Naxos, Mikonos y Santorini son las únicas islas con aeropuerto.
Thira, la capital de Santorini
La ciudad de Thira o Fira se alza a unos 260 metros y se ubica en el oeste de la isla. No hay carretera para ascender a ella y durante años tan solo existió un pasillo estrecho con curvas serpenteantes y 650 escalones por donde circulan -¡todavía!- mulas y burros como medio de transporte. Actualmente, un teleférico funicular te transporta por 5€ salvando los más de 200 metros de desnivel en dos minutos.
Hoy en día, Thira es un conjunto de callejuelas encantadoras y estrechas con sus casas, comercios y restaurantes encalados de blanco. Un auténtico pueblo mediterráneo. Merece la pena conocer y visitar el Palacio de Gyzis, el Museo Arqueológico de Thira y el Museo Prehistórico de Santorini, también en Thira.
La atracción más importante de la isla de Santorini está en Akrotiri. Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos con restos prehistóricos más importantes del Mediterráneo, que se remonta a la edad de bronce. La antigua ciudad quedó enterrada tras la erupción del volcán y ha mantenido un buen estado de conservación.
Oia, la joya de Santorini
Sin duda, uno de los elementos que hacen de Santorini una isla irresistible en el Mar Egeo, es Oia, a 12 kilómetros de Thira. Si te apetece caminar, un sendero une Thira con Oia. Recorre el borde este de la isla, con vistas a la caldera durante 10 kilómetros. Una forma distinta y bonita de comunicar ambas localidades. Puedes salir desde la capital y llegar a Oia a la puesta de sol.
Este pueblo regala lo que el viajero viene a buscar a Santorini. Se trata de una de las imágenes más pintorescas de Grecia, incluyendo todos los tópicos de postal. Casitas encaladas de un blanco nuclear, fotogénicas cúpulas azules de las iglesias ortodoxas, algún gato solitario, calles laberínticas, restaurantes de comida cara con vistas magníficas y hoteles boutique de lujo que salpican las laderas. Este pueblecito rezuma encanto por todos sus rincones.
Caminos de piedra enrevesados van serpenteando entre ellos y forman un laberinto salpicado por escaleras que ayudan a salvar el desnivel del terreno. Las viviendas que en su momento pertenecían a pescadores pobres, puesto que no tenían dinero para comprar terrenos al otro lado de la montaña, a salvo de erupciones volcánicas, son ahora las más codiciadas y costosas de la isla. Por ello muchas de ellas se han convertido en carísimos hoteles de lujo.
Por el momento, la caldera sigue tranquila y se mantiene en calma. Aquí se viene a disfrutar del sol y del mar, los auténticos protagonistas. La gran afluencia turística registrada en las últimas décadas ha modificado los apacibles modos de vida de esta isla.
Santorini es la isla más visitada de Grecia y antes de la pandemia recibía hasta dos millones de turistas al año, muchos de los cuales llegan en gigantescos cruceros que normalmente se pueden ver estacionados en medio de la bahía. El impacto de los confinamientos por el COVID 19 ha sido dramático para un destino que depende del turismo en un 90% de sus ingresos. Durante este aislamiento forzado, solo se permitió que los residentes de Santorini estuvieran en la isla.
La mejor forma de acabar el día en Oia es disfrutando de una de las puestas de sol más espectaculares y aclamadas del mundo, sin duda la mejor de la isla. El cielo se tiñe de color mandarina y las casas blancas de ocre, rosa y burdeos a medida que el astro rey se funde con el mar.
Eso sí, no podrás disfrutar en solitario de este momento mágico. Visité la isla en 2019 y cuando empezaba a atardecer, un regimiento de turistas se desplazaba hacia una de las esquinas estratégicamente situada para ver la puesta de sol. Imposible llegar hasta esa ubicación. No importa, desde cualquier punto es impresionante.
Playas de Santorini
Las mejores playas de Santorini no están a la altura de otras islas como Mikonos, Naxos o Creta. Su origen volcánico ha dado lugar a playas de arena negra, pequeñas y pedregosas. La playa de Oia constituye el lugar clásico para disfrutar de una puesta de sol en Santorini. Ofrece unas vistas sin barreras y se puede admirar el espectáculo hasta que desaparece el sol. Si quieres evitar las muchedumbres, dirígete más al sur por el borde de la caldera. Las mejores playas de Santorini se encuentran en la costa sur de la isla. Algunas playas interesantes son: Red Beach, Vlychada Beach, Kamari, Perissa o Black Beach. Si tu intención es visitar las playas, necesitarás coche de alquiler.
Santorini es la isla más visitada de Grecia con 2 millones de turistas al año. Se puede llegar en avión, en crucero o en ferry. Yo utilicé éste último en un viaje por Grecia con mi hija en septiembre. Un sueño cumplido. Cierto es que se trata de una isla muy, muy turística y que han intentado regular el flujo turístico restringiendo la llegada de cruceros. Aún así, su magia te envuelve.
¡Me ha encantado conocerte Santorini, eres irresistible ! Volveré de nuevo a saborearte. ¿Y tú, conoces esta isla irresistible?