El mes sagrado de los musulmanes. Ramadán. Ayuno y abstinencia. Desde el alba hasta la puesta del sol. «Hacemos el Ramadán para ponerte en la piel de la gente que no tiene para comer. Poniendo a prueba tu cuerpo. Es increíble la fuerza psicológica y física que te da el ayunar tantas horas», nos comenta Mohamed, el encargado del riad en Chefchaouen. Estas son las sensaciones experimentadas durante el Ramadán en Chefchaouen, el pueblo azul.
Llegamos de noche y todavía era inapreciable lo mucho que iba a darnos este lugar. Subimos escaleras durante un buen rato hasta la parte alta del pueblo, en donde se ubicaba el riad. Chauen, Xauen o Chefchaouen se caracteriza por su color azul añil. Situado en el noroeste de Marruecos, en las estribaciones de las montañas del Rif, cerca de Tetuán. Un imperdible.
A la mañana siguiente me escapé, mientras el resto de mis acompañantes desayunaban tranquilamente en la terraza del riad.
Pasear y perderte por su Medina es una delicia: gatos despanzurrados protegiéndose del sol, chillabas paseando entre callejuelas azules.
Vecinos caminando pausadamente. Niños jugando en la calle. Es difícil resistirse a no parar de fotografiar. Es Ramadán , el mes del ayuno y el pueblo está en calma durante el día.
Una atmósfera tranquila y sosegada sólo interrumpida por los cánticos del almuédano. El sol se pone en el horizonte. Se escucha la llamada a la oración desde los minaretes de las mezquitas diseminadas por la ciudad. Los cantos se solapan produciendo una estereofonía acompasada que lo invade todo. Desde la terraza del riad, es una experiencia fascinante.
Los musulmanes se apresuran a romper su ayuno. Cae la noche en Chefchaouen y se oscurece el azul de esta ciudad. A pesar de que el color añil ya no lo invade todo, la vuelta a la actividad y los cánticos desde los minaretes, te siguen haciendo disfrutar de este lugar especial y único. Ramadán en Chefchaouen, el pueblo azul.
En una ruta por el norte de Marruecos, además de incluir este maravilloso pueblo azul, recomiendo visitar Tetuán, Ashila y Tánger. Se puede hacer la entrada por Tánger en avión o ferry, bien comunicado con Algeciras o Tarifa. Sólo cruzar el Estrecho de Gibraltar y te sumerges en otro mundo…