El binomio mar y montaña está presente en Altafulla, un bonito pueblo de Tarragona. Bañado por las aguas del Mediterráneo, el origen medieval preside la arquitectura de su centro histórico. A una hora en coche desde Barcelona y a escasos kilómetros de Tarragona, Altafulla es una excelente escapada en cualquier época del año. Incluso en invierno.
Tengo una debilidad por este pueblo de la Costa Dorada en la comarca del Tarragonés, en donde arte y naturaleza se cogen de la mano. Siglos de historia durante los que era feudo de condes. Pero antes, llegaron los romanos y la villa de Els Munts, da testimonio de ello. Fue declarada Patrimonio Mundial en el año 2000.
Puedes iniciar tu visita en la montaña o en el mar, sin embargo te sugiero la primera opción pues acabarás la visita degustando un buen arroz frente a la playa y disfrutarás de un agradable paseo entre blancas casas de pescadores, hoy reconvertidas en apartamentos turísticos en primerísima línea de mar.
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La Costa Dorada
Altafulla, un bonito pueblo de Tarragona se encuentra en la franja de costa de Catalunya situada al sudoeste de Barcelona y se denomina Costa Dorada (Costa Daurada, en catalán). Recibe este nombre por el color de la arena de sus largas, poco profundas y cálidas playas, todo lo contrario de la Costa Brava y sus 10 lugares más maravillosos que es agreste con acantilados y pequeñas calas. Se encuentra en la provincia de Tarragona y engloba seis comarcas: Alt Camp, Baix Camp, Baix Penedès, Conca de Barberà, Priorat, Tarragonès.
La Costa Dorada abarca un litoral de 90 kilómetros y se extiende desde la desembocadura del río Foix en el municipio de Cunit, hasta el Delta del Ebro en el municipio de Amposta. Limita al norte con la Costa del Garraf cuyo máximo exponente es Sitges, la joya del Garraf y al sur con la Costa del Azahar, ya en la provincia de Castellón. Entre la poblaciones más destacadas, se encuentran Calafell, Vendrell, Torredembarra, Salou, Cambrils, la Ametlla de Mar, la Pineda, Roda de Bará y la localidad que nos ocupa: Altafulla, un bonito pueblo de Tarragona, sin duda mi favorito.
Además del litoral y sus playas, destacan el conjunto arqueológico de Tarragona declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000 y en el interior el pueblo amurallado de Montblanch y el Monasterio de Poblet. Así que en pocos kilómetros hay para todos los gustos: los fans de la playa, del arte y la arquitectura; sin olvidarnos de la parte lúdico-festiva representada por el complejo de ocio PortAventura World, cerca de la ciudad de Tarragona.
Castillo de Altafulla
Los castillos y recintos amurallados constituyen una parte importante de la arquitectura gótica catalana. Algunos conjuntos son muy espectaculares como las murallas de Tossa de mar, la perla de la costa Brava , el recinto defensivo de Hostalric o el castillo de Perelada. Altafulla cuenta con un interesante castillo del siglo XII.
La Vila Closa declarada Bien Cultural de Interés Nacional, es el antiguo núcleo amurallado del que la primera referencia histórica data de la segunda mitad del siglo XI. La Vila Closa está constituida por el conjunto medieval cerrado por restos de la muralla -de ahí el nombre de «closa»- y remodelado después durante el siglo XVIII. El conjunto histórico de Altafulla está en una colina de 52 metros que se desborda por su lado de mar. Es un sábado cualquiera de febrero y la Vila Closa está practicamente vacía. Paseamos tranquilos y sin gente.
Sin duda, entre las edificaciones destaca el castillo transformado en una fortaleza-palacio y numerosas casas señoriales decoradas con ventanas de estilo renacentista y barroco. Llamado el castillo de los Monserrat, presenta un excelente estado de conservación gracias al haber estado habitado y a las sucesivas reconstrucciones. El conjunto tiene un carácter total de fortaleza y su interior ha sufrido modificaciones durante los siglos. En su patio interior dispone de una preciosa galería renacentista.
Se organizan visitas guiadas al castillo y a la Vila Closa en diferentes idiomas con inscripción previa en la web www.altafulla.cat
Iglesia neoclásica de Sant Martí
Una amable señora sentada a la puerta de la iglesia neoclásica, nos dió la bienvenida. Está consagrada a San Martí de Tours, obispo de la población francesa homónima. Tenemos suerte y encontramos la iglesia abierta. Amablemente nos invita a entrar y conocer su interior.
La iglesia parroquial de Sant Martí se construyó entre 1701 y 1705 en estilo neoclásico. Tiene una planta de cruz latina y consta de tres naves con crucero. En la fachada se encuentra una imagen de San Martín de Tours. Presenta un campanario inacabado de planta cuadrada y sufrió graves desperfectos durante la Guerra Civil, sin embargo conserva todavía un retablo barroco de 1745.
Ermita de Sant Antoni en Altafulla
«No dejen de visitar la ermita de Sant Antoni«, la tienen muy cerca de aquí en coche. Nos comentó la señora antes de despedirnos. «Hace años desde allí se divisaba el mar y la vista era espléndida. Ahora los árboles han crecido tanto que ya no se ve nada». Pues eso hicimos, saliendo de la Vila Closa un camino te lleva hasta la ermita.
La ermita es el punto más alto del pueblo y efectivamente los pinos impiden ver la panorámica. Hay una zona de picnic e incluso se pueden hacer barbacoas, previa solicitud de permiso al ayuntamiento. Existen varios caminos y senderos para hacer excursiones y una de ellas tiene un itinerario circular empezando y acabando en la ermita. Con un grado fácil de dificultad y una distancia de 3,5 km que se recorren en una hora y media, se trata de una excursión asequible para disfrutar en una visita a Altafulla. La oficina de turismo ubicada en la playa, dispone de información con diversas alternativas de caminos y excursiones.
Barrio de las Botigues de Mar
Dejamos la parte interior de Altafulla para ir al mar y dirigirnos hacia las llamadas Botigues de Mar. Un barrio marítimo construido en el XVIII coincidiendo con el desarrollo económico de la Vila. Las construcciones iniciales eran almacenes de planta baja en donde los comerciantes guardaban las mercancías y los pescadores y marineros dejaban sus redes y útiles náuticos. No fueron habitadas por nadie hasta los primeros decenios del siglo actual. Hoy son cotizados apartamentos, muchos de alquiler, con fines turísticos. Se alquilan por semanas y a precios que oscilan desde 76 € en la temporada mas baja hasta los 140€ por noche en verano.
En el mismo paseo marítimo y siguiendo la línea y trazado de las primitivas tiendas, se conserva una casa de grandes proporciones con planta baja y dos pisos por encima de una torre cuadrada con un arco. Se une a las casas de al lado, siendo uno de los accesos al paseo y aportando un aire de fortaleza. Resulta muy agradable disfrutar de este paseo marítimo, incluso en un soleado día de invierno.
Castillo de Tamarit
Seguimos disfrutando de Altafulla, un bonito pueblo de Tarragona y al final del paseo marítimo en dirección Tarragona, cuando acaba la playa de Altafulla, se encuentra el castillo de Tamarit. Es de propiedad privada y no está abierto al público, sin embargo merece la pena llegar hasta él (en coche o caminando) y observar su elegancia y prestancia. Se organizan bodas y eventos privados.
Situado en un promontorio en la misma línea de la costa, tiene un imponente aspecto. Su edificación resultó de la defensa a los posibles piratas y la ocupación de los sarracenos, con un origen como torre defensiva en el siglo XI. Su recinto amurallado fue modificado en siglos posteriores y destaca la torre cuadrada que queda adosada a la iglesia románica de Santa María. El pueblo de Tamarit quedó despoblado en el XIX por el paludismo. El castillo está rodeado del antiguo núcleo medieval de Tamarit, que formaba una pequeña aldea en torno al castillo.
El actual propietario del castillo es Juan José Suelves Figueroa, el XII Marqués de Tamarit, ya fallecido. Como curiosidad, una de sus hijas, María Suelves estuvo casada en primeras nupcias, entre 1981 y 1990, con Francis Franco, uno de los nietos de Franco. Y puestos a seguir con un poco de salseo, aquí celebró su boda el jugador de fútbol Andrés Iniesta. Deben de ser magníficas las vistas al Mediterráneo y la playa de Altafulla desde el castillo.
Villa romana Els Munts
En Catalunya se pueden visitar algunas villas romanas de importancia y una de ellas es Els Munts en Altafulla. Se sitúa justo en el extremo opuesto del castillo de Tamarit, detrás de la playa. Era un auténtico palacio propiedad de un alto funcionario y constituye un ejemplo lujoso de villa romana. Se trata de una de las villas aristocráticas mejor conservadas de la Hispania romana
Tan notable fue esta villa que existe la hipótesis de que el emperador Adriano se alojara aquí en un viaje a Tarraco en el año 122-123 d.C. La residencia estaba destinada al ocio y al tiempo libre de las élites de Tárraco y probablemente jugaba un papel clave en sus relaciones políticas, sociales y económicas. En este lugar se han identificado los restos de una villa del siglo I d. C. por lo que pisaréis piedras que tienen 2000 años. Después de un incendio, a inicios del siglo V, se detectan reformas que acabarán conformando la villa romana y visigoda que estará en uso hasta el siglo VII.
Después de un largo periodo de abandono y expolio, la memoria del edificio se recupera gracias al humanista Lluís Pons d’Icart (siglo XVI) y a partir de mediados del siglo XX, se desarrollan varias campañas de excavación que sacan a la luz una parte relevante de los restos permitiendo trazar las líneas generales de su historia. El material original se encuentra en el MNAT (Museo Nacional Arqueológico de Tarragona). Vale la pena visitarla y la entrada cuesta 4€. Puedes caminar por libre alrededor de las diferentes dependencias como la zona de los baños o un pavimento de mosaico muy bien conservado. Como puedes ver, no le falta detalle a Altafulla, un bonito pueblo de Tarragona.
Platja del Canyadell y camino de ronda
Si quieres disfrutar de una pequeña y recoleta playa, éste es tu lugar. Resiguiendo el camino de ronda que comienza en el passeig del Fortí (muy cerca de la Villa romana Els Munts) y lleva al faro de Torredembarra, lo primero que verás es la pequeña cala de arenas doradas de Canyadell, donde podrás hacer una breve parada. Rodeada de acantilados se encuentra esta bonita playa de arena fina. Los pinos y vegetación mediterránea llegan casi al mar. Un poco más adelante te espera el acantilado de La Bramadora y, finalmente, el faro de Torredembarra y su puerto deportivo.
Dónde comer y dormir en Altafulla
La oferta de restauración en Altafulla es amplia. Desde exclusivos restaurantes de cocina de autor hasta gastrobares de tapas y la mejor gastronomía marinera con productos km 0. Después de nuestra visita a Altafulla, nos esperaban unos exquisitos calçots -la temporada es de enero a abril- en el restaurante Voramar Cal Vitali, en la misma playa de Altafulla, seguidos de una fideuá excelente.
En un completo folleto que facilitan en la oficina de turismo están referenciados un buen número de restaurantes, bares y pizzerias para disfrutar de los aromas y sabores de estas tierras mediterráneas.
Respecto a hoteles, uno de los más más interesantes en la Costa Dorada se encuentra aquí y es el Hotel Gran Claustre, un alojamiento boutique singular y exclusivo con spa. Se trata de un monumento integrado en la arquitectura de la Vila Closa en el corazón histórico de Altafulla. Tiene mucho encanto y puedes encontrar habitaciones en día laborable y fuera de la temporada alta por 90 €.
Propuestas de actividades en Altafulla
Estas son algunas de las actividades tradicionales a las que puedes asistir en Altafulla:
- Vía Crucis «Camí de la Creu» / Semana Santa
- Nit de Bruixes – Noche de Brujas / Ultimo fin de semana de junio
- Feria de artesanos / Segunda quincena de agosto
- Fiesta Mayor pequeña de Sant Antoni / 11 septiembre
- Fiesta Mayor de Sant Martí / 11 noviembre
- Festival Internacional de Música de Altafulla / Epoca estival
Si has visitado Altafulla y conoces más información, no dudes en dejarlo en los comentarios para conocimiento de otros viajeros. En un viaje por la Costa Daurada no puede faltar Altafulla, un bonito pueblo de Tarragona
