Esta pequeña isla situada a escasos kilómetros de Dakar, la capital del país, tuvo un pasado tormentoso de esclavismo. La Isla de Gorea o Îlle de Gorée en Senegal, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1978, es hoy uno de los destinos turísticos mas frecuentados cuando se viaja a este país del África occidental. ¡Bienvenidos a uno de los rincones más atractivos de Senegal!
Historia de la isla de Gorée
Cuentan las crónicas de la época que el capitán portugués Dinis Dias fue el primer europeo que desembarcó en Gorée allá por el 1444. Maldita circunstancia. Siguió medio milenio de sistemático saqueo colonial y robos de personas durante al menos tres siglos. En aquella época los lusos buscaban puertos seguros donde implantar escalas para su comercio marítimo. Gorée era una excelente opción: al abrigo de los vientos y tormentas y recogida al sur de la península de Cabo Verde. El peñón volcánico era tan perfecto que las potencias europeas se lo disputaron durante siglos, cambiando de manos en función del mas fuerte en cada momento. Portugueses, holandeses, ingleses y franceses compitieron por ella durante siglos.
Los holandeses se instalaron en Gorée entre 1588 y 1617. Fueron ellos los que bautizaron este pedazo de tierra como Goede Reede que significa «buen puerto» y derivaría en el francés «Gorée». Ellos construyeron la mayor parte de los fuertes y almacenes que , posteriormente, fueron utilizados en el esclavismo. En los siglos XVII, XVIII y XIX los franceses e ingleses estuvieron peleando por la posesión de la isla. En 1848 Francia abolió la esclavitud y hoy se pasea por sus deliciosas calles sin asfaltar, entre buganvillas y casitas de colores pastel. Contrasta su turbulento pasado con la tranquilidad que disfrutas hoy en la isla.
Con la abolición de la esclavitud, la época de esplendor de Gorée tocó a su fin. Frente a sus costas nació la futura capital del Senegal, Dakar, y Gorée se fue vaciando. De los cinco mil habitantes que tenía a finales del siglo XlX, hoy son poco más de 1000 . La isla se convirtió en un lugar de descanso y recreo para las familias adineradas de los políticos coloniales que buscaban tranquilidad.
Contenido
Cómo llegar a la isla de Gorée
Llegué a la Isla de Gorée en Senegal, mi etapa final de un inolvidable viaje a Senegal con la ONG Campamentos Solidarios. La última parte del viaje incluía Dakar y esta isla que se encuentra a tan solo media hora en ferry desde la capital. Dakar es la ciudad más grande de Senegal y su principal puerto, ya que prácticamente el 90% del comercio exterior del país pasa por él. Antigua capital colonial francesa en África occidental, su lengua oficial es el francés y tiene un legado de la época colonial que convive con el patrimonio local.
Para llegar a la Isla de Gorée debes acercarte al Puerto Autónomo de Dakar. El trayecto dura aproximadamente 20 minutos y el precio del billete para un adulto extranjero es de 5.200 francos senegaleses equivalentes a unos 8 euros. Se obtienen en la taquilla del embarcadero y también con antelación de forma presencial. Es conveniente coger el barco pronto por la mañana para disfrutar del día en la isla y almorzar un buen pescado en alguno de los restaurantes de Gorée. No hace falta un guía, la isla es pequeña y fácilmente abarcable por uno mismo. Sin embargo, podrás encontrar un guía en el embarcadero antes de acceder al barco. Si te interesa una excursión organizada para visitar Gorée te recomiendo ésta.
Mientras esperábamos el embarque en la terminal, me abordó una guapa senegalesa con preciosa sonrisa y un vistoso vestido tradicional amarillo. «¡Hola!, ¿de dónde eres?. Me llamo Macoumba y tengo una tienda en Gorée. Mi negocio está escondido y por eso hablo contigo, para que tengas en cuenta a Macoumba cuando hagas tus compras en la isla». Sin duda es una excelente vendedora. «Macoumba , me dejas hacerte una foto?» y asintió sonriente. No sé como lo hacía, pero la encontré varias veces durante mi recorrido por la isla y oportunamente me recordaba que fuera a su tienda. Cumplí mi promesa.
Estuve paseando por el barco y haciendo fotos, mientras cubría la distancia hasta la isla en un nublado día de enero. Locales, turistas, chicas jóvenes vestidas tradicionalmente con esos tocados que me tienen enamorada. Otras adolescentes con velo. Todas sonrientes y dispuestas a posar para mi cámara. Hasta un par de ovejas nos acompañaba en nuestra travesía.
En cuanto atisbas la isla en el horizonte te das cuenta de su pequeño tamaño y podríamos denominarla «islita», puesto que tiene poco más de un kilómetro de largo. En cuanto bajas de la embarcación, en pocos pasos ya estás en el «puerto de la isla» y desde aquí toca disfrutar de ella.
Qué ver en la Isla de Gorée
La Isla de Gorée en Senegal, es un lugar encantador e idóneo para desconectar. No circulan coches, los edificios tienen sólo uno o dos pisos y sus fachadas son de vistosos colores, a pesar de que algunas requieren un cierto mantenimiento. Pero ese aspecto decadente le ofrece, si cabe, un mayor encanto. Son varios los puntos en la isla que conviene visitar.
La casa de los Esclavos
La historia de este apacible lugar está ligada de manera trágica a la esclavitud. El lugar clave para entender este episodio tan desgraciado es la Casa de los Esclavos «La Maison des Esclaves» que recuerda el punto de salida final de los esclavos de África. Hasta aquí llegaban desde cualquier punto de África occidental, las personas que iban a ser vendidas. En 1536 se construyó la primera Casa de los Esclavos, pero la que se visita actualmente data del 1776 y fue edificada por los holandeses.
A su llegada, lo primero que hacían eran dividirlas en tres grupos: hombres, mujeres y niños. A continuación los pesaban, puesto que el requerimiento mínimo de peso para enviarlos a América eran 60 kilos. Dado que la travesía era dura y la mortalidad elevada, se cebaba a los esclavos con un tipo de habichuela para engordar deprisa. Si no llegaban al peso mínimo, los arrojaban a los tiburones allí mismo.
La Casa de los Esclavos es un edificio pintado de color salmón, en el que, como elemento arquitectónico, destaca una escalera doble que sube en semicírculo. Servía para exhibir como animales a los esclavos y era dónde se decidía el precio. En la planta baja hay pequeñas salas vacías en cuyas paredes pareces oír los lamentos y quejidos de las personas capturadas en las sabanas y selvas del interior del continente. Nadie sabe cuántos fueron. Se habla de un millón sólo en la isla de Gorée en Senegal y había una docena de puertos como éste en la costa africana.
El elemento más macabro del recinto es «la puerta del no retorno»: donde las personas capturadas se separaban de su familia para siempre y embarcaban rumbo a América. Tiene el tamaño de una puerta y comunica la tenebrosidad del edificio con la cegadora luminosidad del océano Atlántico. Me asomo y encuentro la inmensidad del mar azul.
A estas alturas de la visita, tengo un mal cuerpo con esta historia tan espantosa que salgo del lugar pensando que su existencia atiende a que la ignominia no se olvide. Se calcula que unos veinte millones de africanos fueron secuestrados durante el período en que los europeos practicaron el esclavismo organizado.
El castillo
El paseo por Gorée demanda subir hasta el castillo, desde donde se obtiene una panorámica completa de la isla y del puerto de Dakar. En un promontorio se levantan los restos de un viejo fuerte construido por los holandeses en el siglo XVII. Ampliado con el tiempo, actualmente alberga unos cañones de la Segunda Guerra Mundial. La subida no es larga y el camino se ve amenizado por la presencia de artistas. Asciendes por una colina bordeada por inmensos baobabs y bajo sus ramas, pintores y vendedores de souvenirs exhiben sus obras a lo largo de todo el camino que lleva hasta la cima.
Desde hace décadas, los artistas han convertido Gorée en un refugio bohemio y exponen sus obras con telas de vivos colores. Al llegar al castillo, le compré a uno de ellos dos collares de piedras de cristal característicos de esta región africana. Parecido al que me ofreció el tuareg en Tombuctú, que me persiguió durante horas en aquel viaje a Malí y Burkina Faso a finales de los 90 , en el que casi me ahogo en el río Níger.
Las Casas Coloniales de Gorée
El lucrativo negocio de los esclavos dio lugar a la construcción de bonitas mansiones en la isla. Los europeos venían solos a Senegal casándose con mulatas. Las mujeres con las que se casaban pertenecían a una casta especial, se las llamaba “signare”, mulatas nacidas de padre francés y madre senegalesa. Tiene fama la belleza de las mujeres de Gorée y me encanta verlas caminando elegantemente ataviadas con su “bubú”, el vestido tradicional y el turbante, como si cada día fuera digno de lucir las mejores galas.
Cuando sus maridos europeos regresaban al antiguo continente, recibían una gran suma de dinero y muchas de ellas se convirtieron en mujeres ricas y poderosas, participando de forma activa en el negocio del tráfico de esclavos. Las preciosas casas coloniales son el testimonio de la riqueza de la época.
Las «signare» vivieron en ostentosas mansiones. Paseando por la isla descubrirás preciosas casas coloniales como la casa del Almirante, la maison de Blaise Diagne o la de Maurel Freres donde ahora se encuentra la oficina de correos de la isla. Otras como la maison du Soudan convertida en el hotel Galle Niwa y también el hotel Chevalier de Boufflers
Museo Histórico de Gorée
Cuando te vas acercando a la isla, divisas una inconfundible construcción circular, es el Museo Histórico IFAN. Está ubicado en el antiguo fuerte de Estrées, construido por los holandeses en el XVII, en el extremo norte de la isla, cuando compraron a los portugueses la isla. Sin embargo, fueron los franceses los que ocuparon la isla poco después. Aproximadamente 500 piezas te ayudan a transitar por la historia de Senegal desde el Paleolítico hasta la actualidad. Desde la Edad Media pasando por la trata de esclavos, el islam y la colonización, descolonización e independencia del país en junio de 1960. Abierto de martes a domingo de 10 a 17.30 h. y precio para adulto de 500 FCFA y niño 100 FCFA.
Estatua de la Liberación de la Esclavitud
Inicié este apartado hablando de esclavitud y lo finalizo con un monumento que conmemora su liberación. En Gorée hay una escultura de un hombre y una mujer con unas cadenas rotas, simbolizando el fin de la esclavitud. La escultura fue realizada por dos descendientes de esclavos, Jean y Christian Moisa. Fue regalada a la Isla de Gorée de Senegal por el gobierno de una de las islas que recibieron esclavos procedentes de Senegal.
Recorrer la Isla de Gorée
La Isla de Gorée en Senegal, puede atravesarse en veinte minutos. Sin embargo, lo mejor es dejarse llevar y pasear tranquilamente por sus callejuelas entre buganvillas y fachadas de colores. Te cruzarás con locales y turistas. Dirígete a la pequeña playa que te recordará que ésta fue una isla de pescadores. Saluda a los amables lugareños y compra alguna de las obras que exponen los artistas, encontrarás pinturas bonitas y originales.
Puedes comprar fruta en los puestos de las mujeres en la plaza principal o cacahuetes, la principal producción local. Después del pescado, el cacahuete es el segundo producto de exportación y ocupa el 40% de las tierras cultivables del país, llegando a proporcionar el 60% de los puestos de trabajo de los senegaleses.
Puedes acabar la tarde en el hotel Chevalier de Boufflers, cuyo fundador que se enamoró perdidamente de esta isla y de una de sus más conocidas signares. Está situado en una hermosa casona colonial color granate a un paso de la playa. Su terraza envuelta en buganvillas, es un romántico y agradable rincón de la isla. De noche, a la luz de las velas, se puede degustar aquí los deliciosos frutos del mar por supuesto regados con vinos franceses.
Empieza a ser hora de ir hacia el embarcadero para tomar el barco de vuelta a Dakar. Pero antes, me acerco a la tienda de Macoumba a comprar algún souvenir de Gorée. «Gracias por venir», me comenta con una amplia sonrisa. «Suerte», le respondo.
Datos prácticos de la Isla de Gorée
- La Isla de Gorée se encuentra a tres kilómetros al sudeste de las costas de Dakar, capital de Senegal. Tiene una población de unos 1000 habitantes
- Clima: La isla goza de un clima tropical con una estación seca (15 de noviembre – 5 de junio) y una estación de lluvias (15 de julio – 15 de noviembre).
- Idioma: La lengua oficial es el francés
- Moneda: Es el franco CFA (1.000 cefas equivalen a 1,5 €)
- Cuándo ir: Los mejores meses para visitarla son diciembre y enero.
- Cómo llegar: hay vuelo directo de Iberia desde Madrid a Dakar que dura poco más de 4 horas. Cada día salen varias embarcaciones que parten del puerto de Dakar rumbo a Gorée. El trayecto dura unos 20 minutos.
- Dónde comer: frente al muelle hay un buen número de pequeños restaurantes donde degustar parrilladas de pescado. Entre todos los locales destaca Chez Poulet, con excelentes guisos. El restaurante más caro y sofisticado es el del hotel Le Blufleur Rouge
- Dónde dormir: uno de los hoteles con más encanto es el ya citado Hostellerie du Chevalier de Boufflers , dispone de pocas habitaciones y suele estar siempre completo. Otro lugar es el Auberge Keur Beer muy cerca de la Casa de los Esclavos.
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4 comentarios en “La isla de Gorée en Senegal”
Carmen Montil Jiménez
(24/01/2023 - 12:43)Estupendo artículo sobre la isla de Goree. Me encanta haber conocido la isla junto a ti y ahora rememorarlo otra vez. Seguiremos descubriendo nuevos lugares juntas.
Beatriz Lagos
(24/01/2023 - 14:58)Muchas gracias por tu comentario, Carmen. Ha sido un placer descubrir La Isla de Gorée contigo. Tenemos muuuuchos lugares para seguir descubriendo juntas.
Explora las Playas de Senegal: Un Destino Inexplorado
(22/05/2024 - 23:01)[…] https://beaviajera.com/la-isla-de-goree-en-senegal/ […]
Beatriz Lagos
(27/05/2024 - 11:08)Muchísimas gracias!. Si te puede interesar, te envío enlaces a artículos de mi blog de islas y playas
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